Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 807
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Capítulo 807:
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Durante un segundo, cuando Elliana miró a la multitud, Milton casi creyó estar viendo a su madre de nuevo. Así que siguió mirando, envuelto en una suave calidez que florecía en su pecho. La sensación desafiaba las palabras, pero despertaba un profundo sentido de conexión, un silencioso impulso que le decía que esta chica merecía su protección.
Cole, por supuesto, no tenía ni idea de los pensamientos de Milton. La confesión de Milton cayó como leña al fuego, y los celos se encendieron en su interior. La mirada fría y aguda de sus ojos se volvió aún más fría, como si quisiera quemar a Milton allí donde estaba sentado.
Un cambio repentino en el ambiente le hizo saber a Milton que el estado de ánimo de Cole había cambiado. Una sola ceja levantada y una risa silenciosa y burlona señalaron su reacción. —Sr. Evans, ¿tiene algún problema con eso?
«Sí», respondió Cole, con palabras tajantes y sin filtros.
La actitud juguetona de Milton desapareció, sustituida por una fría quietud.
Una sensación de desafío se instaló entre ellos, aumentando la tensión y sin dejar lugar a dudas sobre el conflicto que se avecinaba.
Aunque su relación nunca había sido estrecha, siempre había habido entre ellos una fina capa de cortesía profesional y respeto mutuo. Ahora, con solo unas pocas palabras, ese amortiguador se había evaporado, dejando el aire denso y cargado de tensión.
La voz de Cole sonó áspera, como grava, cuando comentó: «Se llama Lilah. Yo la vi primero. Es mía, así que no se te ocurra quedarte con lo que no es tuyo».
No había nada sutil en las palabras de Cole. Dejó su postura dolorosamente clara.
Milton miró a Elliana antes de volver a mirar directamente a Cole. Soltó una risa seca. —¿No se supone que te vas a casar con Wanda? No puedes tenerlo todo.
El nombre golpeó a Cole como un chorro de agua fría. Wanda. Había olvidado momentáneamente su propio compromiso, su deber de casarse con la hija de la familia Campbell. Si ese matrimonio se llevaba a cabo, Milton se convertiría en su cuñado. No era un hombre al que debiera desafiar.
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Aun así, la idea de entregar a Lilah a Milton llenaba a Cole de rabia. Solo imaginar las manos de Milton sobre ella era como un cuchillo que se le clavaba en lo más profundo del estómago. Ahora, todo se reducía a una única opción. Podía honrar el último deseo de su e e madre o podía luchar por Lilah. Tenía que decidir qué era más importante.
Milton siempre había sabido que Cole era un hombre de decisiones rápidas, alguien que nunca se cuestionaba a sí mismo una vez que había tomado una decisión. Pero ahora, en lo que respecta a la chica que actuaba en el escenario, Cole parecía estar luchando con algo muy profundo en su interior. ¿Qué podía tenerlo tan confundido? ¿Realmente estaba dividido entre elegir a Wanda o a esta chica, Lilah?
Justo cuando la curiosidad de Milton estaba a punto de poder más que él, Cole rompió el silencio con una declaración repentina y tajante. «No me casaré con Wanda».
Las palabras golpearon a Milton como un chorro de agua fría. No es que le importara Wanda de una forma u otra, nunca la había visto como una hermana, y mucho menos como una verdadera Campbell. Que acabara casada o completamente humillada no le importaba lo más mínimo. Lo que le pilló desprevenido fue lo impredecible que estaba actuando Cole. ¿No había sido Cole quien había volado personalmente al extranjero para pedirle matrimonio? ¿Y ahora lo estaba cancelando antes incluso de que hubieran celebrado una fiesta adecuada para conmemorar el compromiso?
—¿Qué significa eso? —preguntó Milton, manteniendo la voz tranquila y la expresión impasible. Estaba realmente desconcertado.
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