Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 796
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 796:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Una densa y inquietante quietud se apoderó del lugar tras su paso.
Paulina, alarmada por la tensión, alcanzó a Hugh justo a la salida del estudio. «¿Qué le pasa al Sr. Evans?».
Hugh no se molestó en suavizar las cosas. Le contó todo lo que había pasado en Nightfall y terminó con un suspiro de cansancio. «Todo fue ridículo. El Sr. Evans y la Sra. Marsh estaban discutiendo como niños».
«No fue ridículo», dijo Paulina en voz baja, con expresión grave. «La señorita Marsh tiene el corazón realmente roto. Parece que por fin ha dejado de perseguir al señor Evans».
Hugh parpadeó. —¿Se está rindiendo?
Su corazón dio un vuelco. ¿Cómo iba a volver a ver a Mabel si Elliana renunciaba a Cole?
Por supuesto, Hugh no expresaría su preocupación, al menos no a Paulina. En cambio, frunció el ceño y la preocupación se reflejó en su rostro. —¿Y ahora qué hacemos?
Paulina parecía consternada, con la voz baja y grave. —No creo que podamos hacer nada. Mientras el señor Evans no recupere sus recuerdos de la señora Marsh, seguirá hiriéndola sin darse cuenta. Y la señora Marsh está empezando a levantar muros. Una vez que estén completamente levantados, no habrá forma de reparar lo que se ha roto.
Hugh se quedó visiblemente agitado, ya que no había nada que pudiera hacer para arreglar la situación.
Entonces, desde detrás de la puerta del estudio, se oyó la voz de Cole, profunda y autoritaria. «¡Entra aquí!».
Paulina se dio la vuelta al instante y entró apresuradamente.
Hugh, con la mente aún dando vueltas sobre el destino de la relación entre Cole y Elliana, la siguió de cerca.
Actualizaciones diarias desde ɴσνє𝓁α𝓼4ƒα𝓷.𝓬𝓸𝓂 para fans reales
Entraron en silencio en el estudio y cerraron la puerta tras ellos.
—¿Señor Evans? —preguntó Paulina con delicadeza—. ¿Me ha llamado?
La expresión de Cole era una máscara de irritación, pero ahora había un toque de alarma en sus ojos. Fijó la mirada en Paulina.
—Mi anillo. ¿Dónde está? —dijo, con palabras secas y cargadas de tensión.
El anillo que vinculaba a todos los Blaze Wildfire a sus órdenes había desaparecido. Por supuesto, Cole estaba nervioso.
Paulina y Hugh intercambiaron una mirada. Sabían exactamente dónde estaba el anillo: lo tenía Elliana. Pero Cole, sin ningún recuerdo de Elliana, no tenía ni idea de que se lo había entregado. ¿Cómo iban a responderle ahora?
—¿Y bien? ¿Por qué no hablan? —Cole entrecerró los ojos y frunció aún más el ceño al ver las expresiones confusas en los rostros de Paulina y Hugh—. Ese anillo es vital. Siempre lo guardo bajo llave en la caja fuerte que está aquí mismo. La acabo de abrir y ha desaparecido. ¿Alguien ha entrado y lo ha robado mientras yo no estaba?
—¡Imposible! —respondió Paulina rápidamente, con una voz más firme de lo que se sentía—. Nadie ha entrado en esta habitación. La he vigilado de cerca.
Los ojos de Cole se entrecerraron. —Entonces explícame cómo ha desaparecido mi anillo.
El pulso de Paulina latía con fuerza en sus oídos. —Quizá no lo recuerdes —dijo, manteniendo la voz lo más serena posible—. Se lo confiaste al segundo al mando de Blaze Wildfire. Era una orden clasificada. Myles entregó el anillo siguiendo tus órdenes para otorgarle autoridad temporal mientras te recuperabas.
Cole se quedó mirando a Paulina, en silencio durante un largo momento. ¿Le había dado el anillo al segundo al mando de Blaze Wildfire? No lo recordaba en absoluto. Al percibir su vacilación, Paulina suavizó el tono y añadió calidez a sus palabras. —El accidente no solo afectó a tu cuerpo. La pérdida de memoria es común después de un trauma, pero suele ser temporal. Volverá poco a poco, poco a poco.
.
.
.