Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 713
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Capítulo 713:
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Wanda volvió a centrar su atención en Elliana. Ahora sus ojos eran fríos, calculadores. La comisura de sus labios se curvó en una sonrisa sin humor. —Está bien —dijo lentamente—. Dime tu precio. ¿Cuánto cuesta que desaparezcas para siempre?
Elliana levantó la mano lentamente y extendió los dedos, tranquila e imperturbable. —Cinco mil millones. La marca Rosa valía cinco mil millones de dólares. Tú la has destruido, así que debes compensarme por ello».
«¿Cinco mil millones?», estalló Trinity, con la voz resonando en el aire como un petardo. «¿Estás loca? ¿Esperas que te entreguemos cinco mil millones de dólares así como así? ¡Tendrías más suerte robando el tesoro nacional!».
La expresión de Wanda se ensombreció al instante. Su sonrisa se desvaneció, sustituida por una fría furia que ardía bajo la superficie. Cinco mil millones de dólares. Incluso siendo una Campbell, esa cifra estaba fuera de su alcance. Podía tener el nombre, el estatus y la imagen, pero conocía la verdad. Ni siquiera vendiendo todas las joyas, todas las propiedades y todos los activos a su nombre podría reunir esa cantidad.
Para el mundo, Wanda era la imagen perfecta de una heredera Campbell: impecable, elegante y rodeada de lujo.
Pero dentro de las paredes de la familia, la verdad era mucho más cruel. Solo Eva, su madre adoptiva, la había aceptado de verdad. Eva fue quien acogió a Wanda, quien la protegió cuando nadie más lo hizo. Pero Arthur nunca la había considerado su hija. Milton nunca la había reconocido como su hermana. Su fría indiferencia se había convertido en una herida silenciosa que había aprendido a soportar: constante, inmutable y dolorosamente familiar.
Cada centavo que había tenido durante su infancia no provenía de la familia, sino de los fondos personales de Eva. Siempre había sido así.
La idea de tocar la fortuna de los Campbell —los fondos fiduciarios, las acciones de la empresa, la enorme riqueza que todos suponían que poseía— no era más que un sueño lejano, una fantasía en la que nunca se había permitido creer. Puede que pareciera una heredera glamurosa, vestida con las mejores ropas y llegando a eventos deslumbrantes en coches con chófer. Pero, entre bastidores, sus cuentas bancarias personales contaban una historia muy diferente. Nunca había recibido ni una sola acción del negocio familiar, ni un solo dólar de la herencia oficial. Y en el fondo sabía que nunca lo haría.
Peor aún, ni siquiera podía utilizar el apellido Campbell en su propio beneficio. Un paso en falso, un escándalo que se remontara a ella, y sería expulsada sin dudarlo.
Arthur y Milton la repudiarían sin pensarlo dos veces. No habría perdón. Ni segundas oportunidades. Había aprendido esa lección hacía mucho tiempo: el apellido Campbell no le ofrecía ninguna protección.
Solo una ilusión prestada.
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Borrar el nombre de Elliana de Internet, destruir la marca Rosa y ahora intentar expulsar a Elliana: todo se había llevado a cabo en secreto. Arthur y Milton no sabían nada. Todo había sido orquestado por Eva, que trabajaba en silencio entre las sombras, moviendo los hilos con el nombre de los Campbell y utilizando el poder de la familia sin su conocimiento ni consentimiento.
Ahora, todo estaba a punto de desmoronarse. La situación se había descontrolado demasiado. Había que contenerla, rápida y discretamente, antes de que Arthur y Milton se enteraran. Porque si alguno de los dos descubría lo que había hecho, las consecuencias serían irreparables.
Y, sin embargo, a pesar de todos sus esfuerzos y de todo su miedo, la fría verdad seguía ahí. Simplemente no había forma de que pudiera conseguir cinco mil millones de dólares. Elliana observó a Wanda en silencio, con un ligero atisbo de diversión en los ojos mientras la expresión de Wanda pasaba de la ira al pánico y luego volvía a cambiar.
Aunque no conocía los detalles exactos de la posición de Wanda dentro de la familia Campbell, ya había descubierto la verdad más importante: Wanda no tenía cinco mil millones de dólares. E incluso si Wanda lograra reunir esa cantidad de dinero, el costo de hacerlo sería demasiado alto.
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