Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 697
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Capítulo 697:
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Se recordó la promesa que había hecho: si él alguna vez la olvidaba, ella nunca lo abandonaría. Lo perseguiría sin descanso, recuperaría su amor y despertaría sus recuerdos compartidos. Había dado su palabra, ¿cómo podía echarse atrás ahora por un obstáculo menor, especialmente cuando su amor ardía con tanta intensidad?
No podía ignorar el amor genuino que Cole sentía por ella. La imagen de él protegiéndola de los disparos seguía grabada en su memoria. ¿Cómo podía dudar de los sentimientos del hombre que había recibido una bala por ella? Quizás la medicina había alterado sus recuerdos, o tal vez él había querido a Wanda en el pasado. Pero ¿qué importaba eso? El pasado había muerto y ella se negaba a renunciar a él sin luchar.
Con esta nueva determinación, los labios de Elliana esbozaron una leve sonrisa.
En ese momento, Jarrett irrumpió en la habitación de Rubén gritando: «¡Papá, es un desastre! ¡Cole dice que quiere volar inmediatamente al extranjero para visitar a Wanda y pedirle matrimonio!».
La voz de Jarrett se oía con tanta claridad que Elliana pudo escuchar cada palabra a través del teléfono. La sonrisa que había comenzado a florecer en sus labios se convirtió en piedra. ¿Cuán desesperadamente amaba Cole a Wanda para apresurarse a proponerle matrimonio, sin poder esperar ni un solo momento más?
—Papá, tienes que hacer algo. Wanda ya adora a Cole. Si le pide matrimonio, seguro que se casarán. ¿Qué será entonces de Elliana? —suplicó Jarrett angustiado.
Ruben, olvidándose de la llamada con Elliana, le gritó a Jarrett: —¡Rápido, detén a Cole!
Pero tan pronto como habló, el ruido de los rotores de un helicóptero retumbó fuera de la mansión.
«Demasiado tarde», susurró Jarrett, atónito. «Cole ya ha abandonado la isla».
Rubén caminaba frenéticamente de un lado a otro antes de recordar finalmente que Elliana seguía al otro lado de la línea. Se quedó paralizado en medio de un paso. «Elliana, ¿lo has oído todo?».
«Sí, Rubén», respondió Elliana con calma. «Por favor, no interfieras. Dada la situación de Cole y mi propia dignidad, lo mejor que podemos hacer ahora es guardar silencio. Limitémonos a observar cómo se desarrollan los acontecimientos».
Con eso, Elliana cortó la comunicación. Las lágrimas brotaron de sus ojos al instante. Aunque estaba al mando del formidable sindicato Thorn Rose y era intrépida incluso cuando…
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Enfrentada a la muerte, la situación de Cole la hirió profundamente y la hizo sentir traicionada. Él lo recordaba todo, excepto a ella. No solo la había olvidado, sino que además estaba consumido por la pasión por otra mujer. ¿Cómo podía ser tan cabrón?
A pesar de su desamor, asuntos urgentes exigían su atención. Tras secarse las lágrimas, continuó su viaje. Al anochecer, siguiendo las instrucciones de la nota, llegó a un bosque apartado en las afueras de Blehstin y desenterró la caja metálica que Dobbs había escondido allí.
Dentro se encontraba la fórmula, la fórmula que podía inclinar la balanza del poder en Jones Pharmaceuticals, y una caja más pequeña y delicada que su madre le había dejado.
Elliana guardó la fórmula y centró su atención en la delicada caja. Tal y como había descrito Dobbs, la caja tenía un diseño único y era excepcionalmente resistente. Además, contenía mecanismos que destruirían su contenido si se abría por la fuerza. La única forma de abrirla era mediante la combinación.
Tras examinarla detenidamente, Elliana se dio cuenta de que romper esa cerradura requería unas habilidades informáticas extraordinarias. No era algo que pudiera lograr un aficionado. Solo alguien con conocimientos informáticos de élite podría siquiera intentarlo. Ahora entendía por qué su madre había confiado a Dobbs ese críptico mensaje. Si conseguía abrir la caja, debía seguir lo que le indicara. Si no, debía marcharse, vivir su vida y no mirar atrás.
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