Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 540
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Capítulo 540:
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La mente de Elliana era extraordinaria. Incluso un breve encuentro con Víctor quince años atrás había dejado sus rasgos grabados para siempre en su memoria. Hoy, sin embargo, Quentin le provocaba una extraña sensación de déjà vu. Por más que lo intentaba, no conseguía situar su rostro en ninguno de sus recuerdos.
Pero por mucho que Elliana buscara, el recuerdo simplemente no estaba allí. Eso solo podía significar que nunca se habían conocido. Entonces, ¿por qué todo lo relacionado con Quentin le resultaba tan extrañamente familiar? Esa sensación, que la atormentaba en lo más profundo de su mente, se negaba a desaparecer.
Mientras Elliana mantenía su atención en Quentin, una mirada repentina, aguda e implacable, se clavó en ella y la sacó de su concentración. Al levantar la vista, vio a Cole mirándola con expresión tan sombría como una nube de tormenta. El frío de sus ojos era como cuchillas heladas que le rozaban la piel.
A Elliana casi se le escapa una risa. ¿De verdad Cole estaba celoso? La había rechazado, le había dado la espalda cada vez que intentaba decir algo y la había apartado sin pensarlo dos veces. Y ahora, después de que el divorcio fuera definitivo, ¿tenía el descaro de ponerse celoso solo porque ella miraba a otro hombre? ¿Así que quería jugar a ser el ex celoso? Si quería una razón para estar celoso, ella se aseguraría de que la tuviera, y no sería sutil.
Con una chispa pícara, Elliana le dedicó a Quentin una sonrisa brillante y burlona. —Eres tan encantador que no he podido guardar rencor por más tiempo. Por ti, esta vez perdonaré a tu sobrino. Sus palabras juguetonas solo hicieron que la sonrisa de Quentin se ampliara aún más.
—La familia Hudson siempre ha sido muy querida para ti, no hay necesidad de formalidades entre nosotros. Yo vivía en el extranjero, lo que explica por qué apenas nos hemos visto. Ahora que he vuelto, solo estás a una llamada de distancia. Y quizá no lo sepas, pero mi padre insistió en que te cuidaran bien. El padre de Quentin, Lenard, era conocido por adorar a Elliana, por lo que la explicación sonó perfectamente natural.
Sin perder el ritmo, Quentin sacó su teléfono. —Intercambiemos números.
—Claro. Elliana imitó su gesto y sacó su propio teléfono mientras intercambiaban rápidamente sus datos de contacto.
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Una vez guardados los números, Quentin señaló un rincón más tranquilo. —¿Te gustaría acompañarme un rato?
—¡Ni hablar! —Antes de que Elliana tuviera oportunidad de hablar, Jeff se interpuso con voz firme e inequívocamente posesiva—. No tiene tiempo para eso. ¡Se queda conmigo!
Pasando el brazo con firmeza por el de ella, Jeff dejó claro que no la soltaría.
Elliana no tenía intención de hablar con Quentin, así que aceptó la interrupción de Jeff. «Lo siento», dijo, dando una palmadita en el brazo de Jeff. «Está completamente enamorado. ¿Quizás en otra ocasión?».
Sin inmutarse, Quentin asintió cortésmente. «No hay problema. Te llamaré pronto». Un simple gesto con la cabeza fue su despedida antes de desaparecer entre la multitud.
Con los brazos cruzados, Jeff la miró con severidad. —En serio, Elliana, ¿has perdido todo sentido de la precaución? ¡No puedes dar tu número a cualquiera que te lo pida!
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