Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 536
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Capítulo 536:
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A Trinity le hería leer su respuesta. Antes de su pelea, Jeff siempre había estado de su lado, pero ahora estaba abiertamente del lado de Elliana, tratándola con frialdad. Aunque la furia la invadió, no podía hacer nada al respecto. Después de una larga pausa, se obligó a escribir: «Jeff, gracias por pasar el mensaje».
Jeff no se molestó en responder.
Trinity apretó los puños con fuerza, hasta que los nudillos se le pusieron blancos y el teléfono le temblaba en la mano. Se consoló pensando que, en tres días, el banquete sería su momento de gloria. Se aseguraría de que todos los que la habían menospreciado quedaran completamente deslumbrados por el resplandor de su triunfo.
Mientras tanto, en Regal Grove, Elliana tenía algunos asuntos pendientes que atender antes de acudir al banquete de Trinity.
—Elliana, ¿no deberíamos organizar una fiesta o algo así? —La voz de Jeff rompió el silencio, llena de energía.
Elliana lo miró parpadeando, con expresión impasible. —¿Una fiesta? ¿Para qué?
Jeff la miró como si acabara de sugerir cancelar el oxígeno. —Eh… ¿Hola? ¡Por tu nota en el SAT, por supuesto! ¡Lo has aprobado con nota! ¿No merece eso al menos un poco de confeti?
Elliana soltó una risa breve y poco impresionada. —Ni hablar. Antes de que Jeff pudiera responder, se levantó y se sacudió una pelusa invisible de los vaqueros. —Estaré encerrada en mi habitación durante los próximos tres días. Estudiando. Sin visitas. Sin interrupciones.
Jeff la vio subir las escaleras, con la boca ligeramente entreabierta y el ceño fruncido por la confusión. Una vez que desapareció al doblar el pasillo, se volvió hacia Lance. «Dice que no vale la pena celebrarlo. ¿Es que no se da cuenta de lo importante que es?».
Lance se encogió de hombros con aire entendido, con un destello de diversión en los ojos. «No es que no lo entienda. Es que no le parece importante. No para ella».
«¿Qué quieres decir?», preguntó Jeff. «Sabes algo, ¿verdad? ¡Me estás ocultando algo!».
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«Culpable», respondió Lance, ampliando su sonrisa con aire teatral. «Ser el aprendiz elegido de Elliana conlleva información clasificada». Con un giro dramático, Lance subió las escaleras, dejando a Jeff enfurruñado detrás, prácticamente verde de envidia. ¿Por qué era Lance en quien Elliana confiaba?
Jeff no podía creerlo. ¿No se suponía que él era quien mejor la conocía? Los celos bullían bajo su confusión, un dolor casi infantil que le retorcía el pecho.
Ajeno a la silenciosa rivalidad que se desarrollaba abajo, Elliana se encerró en su habitación, aislándose del mundo con facilidad adquirida. Pulsó el botón de activación del chip que su madre había dejado y el archivo oculto cobró vida. Se sumergió directamente en la investigación: todos los archivos, todas las notas centradas en la psiquefrenia. Su madre, Rita, había pasado años estudiando la enfermedad, dedicándose por completo a descifrar sus patrones erráticos y sus efectos devastadores.
Un caso en particular destacaba entre los registros: el de una mujer llamada Alice. Alice no solo había participado, sino que había confiado en Rita. Le había dado muestras de sangre sin dudarlo, había documentado meticulosamente sus síntomas y había aceptado probar el inhibidor experimental de Rita. Los resultados fueron asombrosos. Los episodios de Alice disminuyeron en…
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