Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 514
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Capítulo 514:
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Giró sobre sus talones y se alejó con paso firme, su pequeño cuerpo rebosante de una determinación extrañamente intensa, como un comandante en miniatura que se dirige al campo de batalla.
Cole, que ya estaba al límite, sintió que le hervía la sangre ante la ridícula actuación de Jeff. Apretó la mandíbula y tuvo que luchar contra el impulso de rechinar los dientes.
Cole no prestó atención a las miradas y las sonrisas burlonas que se repartían por la sala. Con paso decidido, dejó atrás a la multitud sin detenerse ni un segundo. Cuando llegó junto a Trinity, la apartó con un empujón firme, indicándole que se quitara de en medio.
Aunque el gesto le dolió, Trinity se obligó a reprimir la irritación que bullía bajo su piel.
Irene perdió por completo la compostura. Gritó tras él, con voz aguda y llena de rabia: —¡Jeff! ¡Vuelve aquí ahora mismo!
Jeff, ignorando el arrebato, agarró al gato con un brazo, con la maleta colgando de la otra mano, y desapareció por la puerta sin siquiera mirar atrás.
—¡Niño desagradecido! —espetó Irene, apretando los dientes con frustración. A pesar de su furia, no pudo hacer nada más que verlo marcharse, con todos los músculos del cuerpo tensos por la ira. Aunque Jeff todavía estaba legalmente bajo su tutela, su carácter rebelde nunca había flaqueado. Ningún tipo de disciplina parecía poder controlarlo.
Cole observó la figura de Jeff alejándose en la distancia, sintiendo una fuerte irritación en el pecho. Las ganas de ir a buscar a Jeff y ponerlo en su sitio casi lo dominaron.
En el pasado, Jeff siempre se había escabullido cuando visitaba a Elliana, andando de puntillas como un ladrón por miedo a encontrarse con Cole. Pero desde que se había difundido la noticia del divorcio de Cole y Elliana, Jeff ya no se molestaba en tener cuidado. Ahora tenía el descaro de declarar públicamente que se iba a casa de Elliana para conquistar su corazón y convertirse en su futuro marido.
Toda la escena dejó a Cole con un dolor punzante, como si alguien le hubiera echado sal en una herida reciente. La frustración se agitaba en su interior, pesada y sofocante.
Una tos seca rompió la tensión. Lance habló con voz firme. —Es medianoche. No es muy seguro que Jeff ande solo por ahí. Yo lo llevaré.
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Dicho esto, Lance salió corriendo tras Jeff, sin apenas detenerse a mirar atrás.
Todos los que quedaron en la sala intercambiaron miradas de desconcierto, viendo fácilmente a través de su endeble excusa. Nadie podía olvidar lo ferozmente que Lance y Jeff discutían, sin perder nunca la oportunidad de enfrentarse. ¿Desde cuándo Lance había empezado a preocuparse por el bienestar de Jeff? Era evidente que Lance estaba utilizando a Jeff como excusa para aparecer en casa de Elliana.
Louisa dejó escapar un suspiro de resignación, sacudiendo la cabeza ante lo absurdo de la situación. «Jeff es solo un niño, así que no es de extrañar que haga travesuras. Pero ¿Lance? Es un hombre adulto. ¿Qué excusa tiene para meterse en todo esto?». Miró a Emmanuel con incredulidad y cansancio. «Sinceramente, cariño, ¿no puedes controlar a Lance? ¿De verdad vas a dejar que haga lo que le dé la gana sin mover un dedo?».
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