Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 513
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Capítulo 513:
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Cada año, los mejores estudiantes atraían la admiración de las universidades más prestigiosas. Esta vez, ella estaría esperando en el salón al amanecer, lista para reclamar el protagonismo.
Elliana podía ser la cara detrás de «Rosa», pero eso solo demostraba que tenía buen ojo para el arte y el diseño. Trinity no tenía ninguna duda de que, en cuanto a coeficiente intelectual y puntuación en el SAT, Elliana no tenía nada que hacer frente a ella. Sin el apellido Evans y con unos resultados desastrosos en el examen a la vista, el mañana estaba destinado a ser el fin de Elliana.
La impaciencia bullía en las venas de Trinity mientras imaginaba la escena en su mente, deseando que las horas pasaran rápido y que por fin llegara la mañana. No dejó escapar ni una pizca de su expectación; disimuló bien su emoción. El resto de la familia permanecía paralizada por Cole, incapaz de superar la conmoción de la noticia de su divorcio.
El silencio se rompió finalmente cuando Jason preguntó: «Cole, ¿está bien Elliana? ¿Tiene alguna herida?».
Jason, un hombre de principios firmes, sentía el peso de la responsabilidad. Si Elliana había sufrido algún daño durante su estancia en Podgend, era culpa suya, y necesitaba saber la verdad.
—Está bien —respondió Cole con frialdad, comprendiendo su preocupación.
Sin saber si Cole decía la verdad, Jason insistió: —¿Y ahora adónde irá? No puede volver a la finca de los Jones, ¿verdad?
Cole respondió con calma y mesura. —Le he cedido Regal Grove.
Jason asintió en silencio y se quedó callado.
Jeff, por su parte, no pudo contener su sorpresa por mucho tiempo. Abrió mucho los ojos y luego esbozó una sonrisa tan amplia que amenazaba con partirle las mejillas, mostrando todos los dientes. Todas las veces que había intentado pasar tiempo con Elliana, Cole había sido un muro infranqueable. Ahora, con Cole fuera de juego, el camino parecía claro como el agua. Una oleada de emoción salvaje hizo que Jeff casi vibrara mientras subía los escalones de dos en dos, sin pronunciar una sola palabra. Solo unos minutos después, reapareció con un gato blanco como la nieve bajo el brazo y una maleta ruidosa a cuestas.
Todas las miradas se volvieron hacia él, con expresión de confusión en todos los rostros.
Irene se adelantó con el ceño fruncido. —Jeff, ¿qué demonios estás haciendo?
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Con un gesto dramático, Jeff se detuvo ante ella e hizo una reverencia tan profunda que casi rozó el suelo con la cabeza. —Perdóname, mamá. No volveré a quedarme a tu lado. Por favor, cuídate en mi ausencia.
Todos los presentes se quedaron boquiabiertos.
Sus familiares lo miraban como si se hubiera vuelto completamente loco. Nadie estaba más desconcertada que Irene. «¿Has perdido la cabeza? ¿Qué significa eso?».
Jeff se enderezó e hizo otra reverencia, esta vez con voz seria. «Me voy a buscar a Elliana. Ahora mismo».
Ignorando la reacción de su madre, Jeff echó un vistazo a la habitación, esbozó una última sonrisa pícara y declaró: «¡Adiós!».
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