Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 510
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Capítulo 510:
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Aun así, el recuerdo de lo que había sucedido en la sala de conferencias ese mismo día y la creciente urgencia que no podía ignorar finalmente vencieron su vacilación. Rompiendo el silencio, soltó: «¡Jason, me gustas!».
Las palabras lo dejaron helado. La amabilidad siempre había caracterizado sus interacciones, pero él nunca había percibido ningún indicio de algo más profundo. ¿Por qué confesarlo ahora, después de tanto tiempo?
Trinity siempre se había convencido a sí misma de que Jason sentía algo por ella. En su mente, la confesión de sus sentimientos, por insincera que fuera, le proporcionaría una alegría instantánea: él estaría ansioso por obtener la bendición de Rubén y proponerle matrimonio allí mismo. Sin embargo, cuando las palabras finalmente salieron de sus labios, Jason se quedó allí, en silencio. Ni una sola palabra salió de su boca. Simplemente fijó la mirada en ella, mirándola con tanta intensidad que parecía como si pudiera leer cada uno de sus pensamientos.
Bajo esa mirada inquebrantable, una energía nerviosa se acumuló dentro de Trinity, haciéndola querer salir corriendo. Aun así, se obligó a quedarse donde estaba. «Jason, me has gustado desde que tengo memoria. Cuando descubrí que estaba destinada a casarme con alguien de la familia Evans, tú siempre fuiste el único en quien pensaba. De niña era demasiado tímida para decir nada, pero ahora he crecido y por fin me he armado de valor para decírtelo». Al terminar, esbozó una tímida sonrisa. «Así que, Jason, ¿quieres casarte conmigo?».
Pero Jason no se lo creyó, ni por un segundo. La idea de que ella lo hubiera amado en secreto desde la infancia le parecía falsa. No era un experto en romances, pero incluso él podía sentir cuándo el afecto era genuino. Quizás la familia de Trinity la había empujado hacia él, o tal vez ella simplemente había decidido que él era su apuesta más segura después de pensarlo detenidamente.
Fuera cual fuera la razón, Jason no estaba dispuesto a indagar más. Si ella se hubiera confesado antes de su viaje a Podgend, él podría haber aceptado. En aquel entonces, creía sinceramente que ella era una elección razonable como esposa. Pero eso fue antes de que todo cambiara.
Antes de que Death Thorn entrara en escena, se había convencido a sí mismo de que, teniendo en cuenta las cartas que le habían tocado, una vida sensata era suficiente: casarse con alguien compatible, formar una familia, llevar una vida normal. No esperaba nada más. Entonces llegó Death Thorn y, con ella, una atracción que no creía posible. Esa emoción, esa chispa… Una vez que la sintió, no pudo dejar de sentirla. La idea de sentar cabeza le parecía aburrida en comparación. Simplemente no podía obligarse a elegir una vida que no despertaba nada real en él.
Jason no dijo ni una palabra, pero el peso de su silencio pesaba mucho, dejando a Trinity profundamente avergonzada. Un hábito nervioso se apoderó de ella y se mordió el labio inferior, perdiendo confianza con cada latido de su corazón.
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Rompiendo el silencio, Jason finalmente dijo con firmeza: «Trinity, aún eres muy joven. Dale tiempo. Cuando seas un poco mayor, quizá veas las cosas de otra manera. Quizá te des cuenta de que esos sentimientos no son realmente amor. No soy alguien en quien debas apostar todo tu futuro». Tras una pausa, una sonrisa agridulce se dibujó en su rostro.
Jason añadió: «Tienes mucho que ofrecer al mundo: tu espíritu, tus sueños, tu bondad. Deberías estar con alguien que esté a la altura de tu pasión y tu juventud, que comparta tus esperanzas y camine a tu lado. Yo no puedo darte eso. Estoy destinado a permanecer en un segundo plano».
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