Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 507
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Capítulo 507:
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«Sí», respondió Elliana.
A continuación, le hizo una pregunta.
«¿Has conseguido los diez mil millones?».
«Sí. Y Regal Grove viene incluido en el paquete», respondió Elliana.
Adah respondió: «Sinceramente, es un trato bastante bueno. Pero dime, ¿por qué Cole quiso divorciarse de repente?».
Elliana respondió simplemente: «Eso no es algo que te incumba. Hoy me mudo a Regal Grove. Si me necesitas, ya sabes dónde encontrarme».
Elliana sabía que algunos secretos debían permanecer ocultos. La psiquefrenia de Cole, una rara enfermedad que solo conocían unos pocos miembros de la familia Evans, no era algo que pudiera compartir, ni siquiera con Adah. Ruben le había confiado ese secreto y ella tenía la intención de guardarlo.
Una hora más tarde, Elliana llegó a Regal Grove. Todo rastro de la gente de Cole había desaparecido, dejando toda la finca en un silencio inquietante.
Al entrar en la sala de estar, Elliana vio una escritura de propiedad impecable sobre la mesa, intacta y lista para su nuevo comienzo. Cogió la escritura, echó un vistazo a los detalles y la volvió a dejar con cuidado sobre la mesa. Regal Grove le pertenecía oficialmente. Cole ya había firmado todos los documentos.
Aparte de la ausencia de Cole, la finca parecía intacta: todas las sillas, todos los libros, incluso la disposición de las flores, exactamente como ella lo recordaba. Cada mueble parecía susurrar fragmentos de su tiempo con él: la forma en que solía acercarla a él en el sofá, el calor de sus momentos de tranquilidad a puerta cerrada, los besos juguetones que le robaba entre bocado y bocado en la mesa del comedor y la frustración en sus ojos cuando ella llegaba horas más tarde de lo esperado. Todos los recuerdos parecían brillar en el aire, imposibles de ignorar.
Con un suspiro, Elliana se estiró en el sofá donde solía sentarse Cole, con la mirada fija en el techo. Un lugar tan grande parecía grandioso, y ahora la soledad la oprimía, haciendo que el silencio pareciera interminable.
Mientras estaba allí tumbada, unos pasos resonaron en el pasillo, sacándola de sus pensamientos. Levantó la vista y vio a Clifton entrando con Kieran, Heather y Damian siguiéndole de cerca. Los cuatro sonreían, aportando una energía que le faltaba a la casa vacía.
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Heather fue la primera en hablar. —Elliana, Adah nos ha contado lo de tu divorcio. Pensamos que te vendría bien que te animaran, así que aquí estamos.
Damian recorrió con la mirada la enorme habitación. —¡Vaya, qué casa tan grande! En serio, deberías pensar en contratar guardaespaldas.
Heather intervino con un gesto de asentimiento: —¡Exacto! ¡Y una ama de llaves! Ya sabes que soy un genio en la cocina, podría encargarme de todo. —Se dio una palmada en el pecho con orgullo—. Conmigo nunca pasarías hambre.
Damian mostró sus brazos con una sonrisa. —Yo me encargo de la seguridad. Te prometo que ni un mosquito se me escapará.
Elliana miró a Heather y Damian con una expresión entre divertida e incrédula, y luego se volvió hacia Clifton y Kieran. —¿Y vosotros dos? ¿Tenéis algún talento especial?
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