Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 436
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Capítulo 436:
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Dentro de la mansión, Allan y Manley estaban tumbados en el sofá del salón, absortos en una conversación. Se quedaron boquiabiertos cuando vieron al grupo.
—Cole, ¿dónde habéis estado? Parece que hayáis pasado por una guerra —preguntó Manley, observando su aspecto desaliñado.
Cole ni siquiera miró en dirección a Manley, con expresión tormentosa mientras subía solo las escaleras.
Manley lo siguió con la mirada, desconcertado por su silenciosa retirada. Una vez que Cole desapareció arriba, se volvió hacia los demás y preguntó: «¿Qué le pasa?».
Nadie tenía una respuesta. Nadie entendía lo que le preocupaba a Cole.
Elliana se quedó un momento en la entrada antes de subir silenciosamente las escaleras tras Cole.
Tenía pensado ir directamente a su habitación y preguntarle a Cole qué estaba pasando, pero justo cuando llegaba a la puerta, un guardaespaldas se interpuso en su camino. —El señor Evans ha pedido que no se le moleste. Por favor, utilice otra habitación.
Elliana parpadeó incrédula. Le costaba creer que Cole ni siquiera la dejara entrar. No hacía mucho, parecía querer tenerla siempre cerca. Sin otra opción, se coló en la habitación de al lado.
En el baño, Elliana se quitó la ropa embarrada y dejó que el agua caliente lavara la suciedad y el cansancio de la noche. Recién duchada, se puso ropa limpia, se cepilló la peluca y se maquilló un poco para mantener su disfraz antes de salir.
Quería ver cómo estaba Cole, quizá invitarlo a comer con ella. Le rugía el estómago después de la interminable caminata y supuso que él estaría igual de agotado y hambriento.
Pero cuando volvió a llegar a su puerta, el guardaespaldas seguía allí, bloqueándole el paso. —El señor Evans ha dicho que nadie lo moleste a menos que él lo llame.
—¿Ha comido ya? —preguntó Elliana.
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El guardaespaldas negó con la cabeza. —Todavía no.
Al darse cuenta de que Cole se estaba saltando el desayuno, Elliana bajó sola con un suspiro. Encontró a Jason esperando en el comedor, sentado como si la estuviera esperando.
Elliana no dijo nada, solo se sentó y se sirvió una tostada.
—Elliana, ¿te das cuenta del problema que le has causado a Cole al seguirlo a Podgend? —preguntó Jason, con irritación evidente en su voz.
Elliana se detuvo a mitad de la mordida y lo miró con calma y firmeza.
—¿De qué tipo de problemas estás hablando?
Las palabras de Jason cortaron el aire de la mañana como una navaja. —Te casaste con Cole y lo convertiste en la mayor vergüenza de la familia. Ahora lo has seguido imprudentemente a Podgend, lo que ha desatado una nueva ola de condenas.
La acusación golpeó a Elliana, que frunció profundamente el ceño. No entendía la lógica: ¿cómo podía justificar una oposición tan feroz el hecho de acompañar a su marido en un viaje de negocios?
Jason estudió su expresión desconcertada antes de continuar. —La familia Evans se extiende a lo largo de generaciones como una vasta red. Rubén tiene siete hermanos, cada uno de los cuales ha fundado su propia dinastía. La herencia pasó de él a Jarrett y ahora recae en Cole…
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