Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 421
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Capítulo 421:
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Elliana frunció el ceño. Conocía bien ese libro: su madre le había dejado un chip con la versión electrónica, que ya se sabía de memoria, página por página.
El «Códice Médico» era un texto antiguo y enigmático envuelto en leyendas, cuyos orígenes se perdían en la noche de los tiempos. El manuscrito se había dividido cuidadosamente en dos tomos distintos: el «Volumen Médico» y el «Volumen del Veneno».
El «Volumen Médico» rebosaba de técnicas secretas, recetas invaluables y métodos intrincados para refinar medicamentos, cada entrada recopilada a partir de siglos de sabiduría acumulada. Cada página contenía historias de recuperaciones milagrosas, hierbas raras y curas audaces, secretos transmitidos en silencio de sanador a sanador a lo largo de generaciones. El «Volumen del veneno» documentaba técnicas de refinamiento de venenos a lo largo de la historia.
El autor original de «El códice médico» estaba envuelto en el misterio, pero la fama del libro como obra maestra de la medicina era incuestionable.
Quienes dominaban el «Volumen médico» eran aclamados como curanderos sin igual, mientras que cualquiera que desvelara los secretos del «Volumen del veneno» inspiraba temor como maestro en el arte del veneno. Dominar ambos significaba convertirse en una rara autoridad dual, capaz de manejar la vida y la muerte con igual destreza.
Cualquiera que comprendiera plenamente cualquiera de los dos volúmenes se convertiría en una fuerza a tener en cuenta, con conocimientos capaces de sacudir los cimientos mismos de la sociedad.
Por eso precisamente Elliana siempre había mantenido en secreto su verdadera identidad como Milena. Toda su destreza médica provenía del «Códice Médico». Ella era la única que había desvelado los misterios de ambos volúmenes. Si aquellos que acechaban en las sombras descubrían esta verdad, no se detendrían ante nada para hacerse con el control de ella y utilizarla para sus siniestros fines.
Antes de desaparecer en aquel devastador incendio, Rita le había insistido a Elliana sobre la importancia de «El códice médico», instándola a dominar sus enseñanzas, proteger el chip con su vida y no permitir que nadie descubriera la verdad.
A lo largo de los años, Elliana había seguido el consejo de su madre y nunca había dicho una palabra sobre «El códice médico». Nunca imaginó que aún existiera en el mundo una versión en papel del legendario libro.
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En ese instante, todo encajó. Elliana finalmente comprendió el peso que tenían las interminables advertencias de Rita. Si Rita le hubiera dejado el manuscrito original, se habría convertido en un blanco fácil. En lugar de eso, Rita lo había donado sutilmente….
El libro fue donado a la Universidad Médica de Ublento y luego escaneado minuciosamente, página por página, en un archivo digital, que fue sellado en un chip para su uso exclusivo.
Las preguntas surgieron en la mente de Elliana. ¿Quién era exactamente su madre? ¿Y cómo había llegado a su poder «El códice médico», una obra tan envuelta en el mito que la mayoría creía perdida en el tiempo?
Entonces, Elliana percibió algo extraño en la inquebrantable confianza que Carlos depositaba en ella. Hablaba como si su máxima puntuación en las pruebas de acceso a la universidad fuera un hecho consumado, lo que la llevó a preguntarse hasta qué punto había descubierto su cuidadoso disfraz. ¿Acaso todos sus esfuerzos por esconderse tras una máscara de sencillez y mediocridad no habían sido más que un juego de niños para él? ¿La había estado observando todo este tiempo?
Fingiendo ignorancia, Elliana preguntó: «Siempre he sido una chica sencilla y corriente. ¿Por qué estás tan convencido de que voy a quedar la primera?».
Carlos soltó una risa tranquila y divertida, con un tono de oscura diversión. «Tu madre era una mujer extraordinaria: meticulosa, astuta y ferozmente protectora. Tejió una red tan convincente que incluso nosotros llegamos a creer que eras una chica normal. Pero nunca dejamos de vigilarte y, al final, descubrimos que tienes un talento extraordinario».
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