Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 417
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 417:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
—Entonces deja que Elliana te ayude —dijo Cole, dándole un gesto de tranquilidad con la cabeza—. Ella sabe lo que hace.
Incapaz de encontrar más excusas, Jason miró a Elliana con resignación pintada en el rostro. —Está bien, Elliana, te lo dejo a ti.
Elliana casi se echó a reír al ver la expresión claramente renuente de Jason. Era el mismo hombre que, apenas unas horas antes, había amenazado con echarla de la familia Evans. Ahora necesitaba su ayuda. ¡Qué ironía! Pero no era momento para bromas. La vida de Jason era lo primero.
Aunque las lesiones e incluso la muerte formaban parte del día a día de las peleas, Jason era importante para Cole, y eso era suficiente para ella.
Elliana tomó el brazo de Jason, le tomó el pulso con cuidado y luego movió la mano hacia su pecho, palpando para determinar qué costillas estaban rotas y la gravedad de la lesión. Una vez que estuvo segura, se incorporó, se inclinó y presionó con firmeza a ambos lados de la lesión.
—¡Ah! —Jason soltó un grito agudo, con el dolor reflejado en el rostro. Inmediatamente aparecieron gotas de sudor en su frente.
Desde un lado, Charlie observaba incrédulo. «¡Señora Evans, ya tiene las costillas rotas! Si aprieta tan fuerte, ¿no lo está empeorando?».
Elliana no perdió el tiempo tratando de justificarse. Simplemente le lanzó una mirada desdeñosa a Charlie y murmuró entre dientes: «¡Médico incompetente!».
Charlie hervía por dentro ante el comentario, pero su posición no le dejaba otra opción que permanecer en silencio.
El dolor de Jason finalmente comenzó a remitir. Aún con el rostro contraído, miró a Elliana con recelo. —¿Está segura de que me está ayudando y no vengándose?
Una sonrisa pícara se dibujó en los labios de Elliana mientras respondía: —Se podría decir que es un poco de ambas cosas. Mi método reconecta las costillas con una sola presión, por lo que no necesitarás cirugía. Esa es la buena noticia. Pero me salté la anestesia, esa es mi forma de vengarme.
Jason se quedó boquiabierto, entre la sorpresa y el escepticismo. ¿De verdad había arreglado sus costillas tan fácilmente?
Charlie, que seguía sin estar convencido, se acercó para examinar a Jason. Tras un rápido chequeo, abrió los ojos como platos. —¡Es verdad! ¡Están en su sitio!
Encuentra más en ɴσνєʟα𝓼4ƒ𝒶𝓷.𝒸ø𝗺 con nuevas entregas
Jason dejó de mirar a Elliana, atónito por las palabras de Charlie. La incredulidad se reflejó en sus ojos. Ni siquiera un especialista como Charlie había podido curarlo, pero Elliana lo había hecho parecer fácil. No era de extrañar que Cole confiara tanto en ella.
Mientras Jason seguía perdido en sus pensamientos, Elliana le abrió la boca y le deslizó una pastilla entre los labios. Ni siquiera tuvo tiempo de protestar, ya que el medicamento se derritió en cuanto tocó su lengua y se deslizó directamente hacia su estómago. Una sensación fresca y calmante recorrió su cuerpo casi de inmediato.
—¿Qué me has dado? —logró preguntar Jason.
Elliana se limpió los restos de polvo de los dedos y respondió con un encogimiento de hombros: —Era mi fórmula especial. Detendrá la hemorragia interna en poco tiempo. —Le lanzó una mirada significativa—. Por cierto, esa pastilla tiene un precio muy alto. Así que no te olvides de pagar la cuenta.
Una leve mueca se dibujó en la comisura de los labios de Jason. —¿Cuánto quieres?
—Diez millones —dijo Elliana levantando un solo dedo, con expresión imperturbable.
.
.
.