Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 413
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Capítulo 413:
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«Es el auténtico», respondió Elliana con voz firme. Por mucho que Jason se disfrazara, ella era capaz de reconocerlo.
Matthew se quedó boquiabierto, incrédulo, antes de soltar una risa ahogada. —La verdad es que Jason no es tan legendario como dice todo el mundo, ¿eh?
Una pequeña sonrisa se dibujó en los labios de Elliana. —Sin duda le hemos dado demasiado crédito.
Matthew se inclinó hacia ella, con tono conspirador. —Entonces, ¿estás diciendo que podríamos entrar tranquilamente en Moonveil, lanzarles un desafío y arrastrar su nombre por el barro? ¿Hacerles tragar su propia arrogancia?».
Elliana se acarició distraídamente la mejilla con los dedos, con una mirada de incertidumbre en los ojos. «Técnicamente, es el momento perfecto para cumplir el último deseo de mi mentor. Pero ahora las cosas están más complicadas: Jason es parte de mi familia. Si lo humillo aún más, ¿qué pasará si mi marido se lo toma como algo personal?».
Matthew esbozó una sonrisa y se quedó sin palabras. ¿Quién hubiera pensado que Lexi, tan famosa por su valentía, acabaría teniendo una debilidad tan evidente? Al final, el amor podía complicarlo todo, especialmente con Cole en escena. Lexi no tenía ninguna esperanza de llevar a cabo su gran plan para apoderarse de Moonveil.
Como si leyera los pensamientos de Matthew, Elliana le lanzó una mirada afilada y le preguntó: «No te estarás burlando de mí en secreto, ¿verdad? ¿Te parece gracioso que deje que mis emociones me traicionen?».
En el momento en que la mirada penetrante de Elliana se clavó en él, Matthew retrocedió instintivamente dos pasos, con el rostro contorsionado por la incomodidad, y negó rápidamente con la cabeza. «¡No, en absoluto! Tu decisión es perfectamente lógica. Incluso los héroes más poderosos tropiezan cuando entra en juego el encanto. ¿Quién podría culparte?».
Su tono estaba teñido de alegría forzada, pero el ridículo detrás de sus palabras se aferraba a cada sílaba.
Elliana entrecerró los ojos en señal de desaprobación antes de soltar un suspiro de cansancio. En realidad, ella tampoco podía defender del todo sus decisiones. Detestaba la parte de sí misma que había permitido que las emociones nublaran su razón, que había dejado que Cole, con su peligroso encanto, se colara entre sus defensas.
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En ese momento, Jason, magullado y apenas en pie, sostenido por sus subordinados, se levantó con esfuerzo.
La rebeldía que antes lucía con tanto orgullo se había disuelto en algo frágil y roto. Su mente repetía su propia declaración arrogante —dar a Elliana los tres primeros movimientos— y la vergüenza lo golpeó como una ola rompiendo. No había descartado la derrota, pero nunca imaginó que llegaría tan rápido, tan devastadora. La diferencia entre él y Lexi era ahora innegable. Si hubiera desafiado imprudentemente a la Sociedad Estelar antes, Moonveil podría haber sido nada más que un recuerdo a estas alturas.
Arrastrado a la batalla de hoy, no solo había perdido el combate, sino también la dignidad de Moonveil, que ahora se tambaleaba al borde de la ruina. La idea de que su pobre liderazgo pudiera provocar el colapso de Moonveil lo atormentaba, y su inquietud se hacía más pesada con cada respiración.
Jason pensó en Seth, su mentor, el formidable luchador que había visto su potencial años atrás. Seth le había transmitido todos sus conocimientos y le había confiado la tarea de derrotar a la Sociedad Estelar. Y ahora, derrotado ante Lexi, Jason sentía que lo había traicionado todo. Cerró los ojos y la tristeza le oprimía el pecho.
—Perdona por herirte, Sombra —dijo Elliana con voz plana, cuidadosamente distorsionada para evitar ser reconocida.
Debido a su conexión con Cole, Elliana no se atrevía a matar a Jason hoy, ni podía marchar hacia Moonveil y arrasarla. Necesitaba una razón, cualquier razón, para poner fin con elegancia a esta farsa.
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