Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 408
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Capítulo 408:
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Del interior salió un joven llamativo, alto y seguro de sí mismo, vestido con una elegante chaqueta de satén negro con una elegancia informal. Una máscara plateada le ocultaba la mitad superior del rostro, lo que confería a cada uno de sus movimientos un aire sutil y peligroso. Se comportaba como un hombre nacido para mandar: cada gesto era preciso, cada paso deliberado. No era otro que Jason.
Nadie fuera de estos círculos sabía que Sombra formaba parte de la familia Evans. Al igual que Elliana había adoptado un cuidadoso disfraz, el Sombra de Jason era un ejemplo de engaño calculado: sereno, impenetrable, indescifrable.
En cuanto Jason apareció, el ambiente se volvió eléctrico: su presencia era sofocante y desafiaba a cualquiera a cruzar su mirada.
Matthew se tensó. Entrecerró los ojos y le envió discretamente un mensaje rápido a Elliana.
El instructor de Moonveil, que aún se estaba curando los moretones de la patada anterior, se acercó apresuradamente con deferencia y ansiedad. —Sombra, ¿qué te trae por aquí? —se atrevió a preguntar con voz temblorosa.
Jason frunció los labios con irritación. Lanzó una mirada despectiva al instructor, valorando su falta de autocontrol. El hecho de que el instructor hubiera llevado a un equipo a la montaña sin la aprobación de sus superiores era una infracción imprudente, y Jason tenía toda la intención de hacérselo pagar.
El manejo de los asuntos disciplinarios era un asunto interno, que se resolvía dentro de las paredes de Moonveil. Aquí, bajo la atenta mirada de la Sociedad Estelar, Jason tenía que defender a sus subordinados. Lanzó una mirada al instructor que estaba a su lado antes de centrar su atención en Matthew.
—Señor Santos, ¿quería hablar conmigo? —dijo Jason.
—Así es —respondió Matthew, con tono mesurado y sereno. Aunque Matthew se había encontrado con Sombra dos veces antes, en presencia de Elliana, solo ahora se daba cuenta de que Sombra no era otro que el propio Jason. Esta nueva revelación le hizo sopesar cuidadosamente sus palabras.
La mirada de Jason se agudizó. —Bueno, aquí estoy. Di lo que tengas que decir.
Una leve sonrisa calculadora se dibujó en los labios de Matthew. —Me gustaría pedirle que controle a sus subordinados.
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Jason soltó una risa fría. —¿Ah, sí?
Matthew siguió adelante, sin inmutarse. —Con usted al mando de Moonveil, se espera que tanto los instructores como los alumnos se comporten con disciplina. Sin embargo, ¿por qué este instructor se comporta como un niño malcriado solo porque sus alumnos fueron derrotados limpiamente?».
El cuerpo del instructor tembló sutilmente al sentir la furia de Sombra bullendo bajo su impasible rostro. Reconoció que había cometido un error. Había entrado en territorio de la Sociedad Estelar sin pedir permiso a sus superiores, solo para vengarse. Si hubiera ganado, quizá algunos lo habrían pasado por alto. Pero, en cambio, Matthew lo había derribado con una sola patada decisiva. Ahora, tachado de niño malcriado, no solo se había humillado a sí mismo, sino que había mancillado el honor de Moonveil. La idea de las graves repercusiones que le esperaban en la base lo hizo estremecerse. Sombra le haría pagar un alto precio por este fracaso.
Fijando en Matthew una mirada de acero, Jason habló con gélida determinación. —Mis disculpas en nombre de mis subordinados, señor Santos. Sin embargo, parece usted demasiado confiado, ya que ha solicitado específicamente mi presencia. ¿Qué tal si desvelo la estimada reputación de la Sociedad Estelar como gesto de buena voluntad? La amenaza tácita flotaba densamente entre ellos. Renunciar a las cortesías y declarar la intención de desmantelar la Sociedad Estelar equivalía a una declaración de guerra.
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