Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 402
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Capítulo 402:
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Cuando llegara ese momento inevitable, Elliana sabía que la confrontación sería tan inevitable como el trueno tras el relámpago. Esta batalla no se trataba solo de posicionamiento social: Jason era un adversario peligroso. Matthew se derrumbaría bajo tanta presión.
Seth, el visionario fundador de Moonveil, había poseído una extraordinaria destreza marcial, lo que le valió el reconocimiento como igual de Donovan, el hombre que había fundado la Sociedad Estelar.
Jason, cuidadosamente elegido como sucesor de Seth, había absorbido todas las lecciones que Moonveil tenía para ofrecer. Su pleno potencial seguía siendo un misterio que exigía respeto. Aunque Elliana había encontrado a Jason antes, sus encuentros habían sido breves, tensos y nunca habían revelado la verdadera profundidad de sus respectivas fortalezas.
Luchaba con la incertidumbre sobre sus capacidades reales, y ese factor desconocido le aconsejaba actuar con cautela. Un solo paso en falso podría exponer a la Sociedad Estelar a la conquista meticulosamente planeada por Moonveil.
Absorta en sus pensamientos, Elliana estaba a mitad de su sándwich cuando Jason apareció. Su voz cortó el aire de la mañana al exigirle que le prestara atención para conversar.
Ella mantuvo la compostura y dio otro bocado deliberado antes de levantar los ojos para mirarlo.
—Di lo que piensas.
Habían intercambiado muy pocas palabras desde su regreso a la dinastía Evans, siempre rodeados por una multitud que los observaba.
Incluso sin un diálogo directo, Elliana sentía las oleadas de desaprobación que la inundaban. Ahora, su hostilidad ardía abiertamente. Ni siquiera podía fingir ofrecer modales básicos. Ella reflejó su frialdad, apenas reconociéndolo.
—Elliana, ¿crees que mereces el título de matriarca de la familia Evans? —
Elliana dudó, sorprendida por la franqueza de su desprecio. Sin embargo, su expresión permaneció serena, como si sus palabras se hubieran evaporado con la brisa de la mañana. Su voz sonó plana y sin emoción—. ¿Tu tono sugiere que crees que no lo merezco?
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—Exactamente —respondió Jason, con el rostro inexpresivo, como si estuviera tallado en piedra—. En todos los aspectos cuantificables —estatus, linaje— eres indigna de Cole. Aunque las circunstancias te obligaron a contraer este matrimonio, confío en que seas lo suficientemente sensata como para no aferrarte a Cole por ello.
Elliana ya había oído antes ese sentimiento. No hacía mucho, Hugh, en un arranque de ira, le había gritado las mismas acusaciones.
Jason continuó: —Cole posee una brillantez excepcional y se merece una mujer superior a su lado. Haz lo correcto: desaparece. —Le entregó un cheque, extendiéndoselo—. Quinientos millones por tus «contribuciones» a la familia Evans: el Venacure.
Jason, que ejercía una enorme influencia dentro de la familia Evans y controlaba gran parte de sus activos, poseía una riqueza casi inimaginable. Su control sobre Moonveil no hacía más que aumentar sus ya abultados bolsillos.
Elliana miró el cheque, pero mantuvo las manos firmemente a los lados. Quinientos millones ofrecidos con tanta naturalidad… Era generosidad envuelta en condescendencia. Pero ¿qué autoridad tenía él para dictar su vida? Terminó su sándwich y luego lo miró con una leve sonrisa, con una chispa de diversión en los ojos. «¿Y si me niego?».
La expresión de Jason se endureció, como si su paciencia estuviera a punto de agotarse. —Entonces no culpes a nadie si recurro a métodos más contundentes.
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