Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 338
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 338:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Pasó aproximadamente una hora antes de que Alonso rompiera finalmente el silencio con un suspiro de cansancio. «De verdad que quiero ayudar, pero no puedo arreglar esto».
«¿Qué?». Todos se quedaron paralizados mientras miraban a Alonso, con incredulidad escrita en cada uno de sus rostros. Si ni siquiera Alonso había podido arreglarlo, no había salvación para este proyecto.
Emmanuel frunció el ceño y la derrota se dibujó en su rostro.
Lance esbozó una sonrisa torcida, tratando de inyectar algo de esperanza en la tensión. «Alonso, no tienes que precipitarte. Solo ha pasado una hora. Si sigues intentándolo, quizá se te ocurra algo».
Pero la respuesta de Alonso fue firme, con voz firme e inflexible. «Este no es un problema que se pueda resolver con tiempo. El verdadero problema está en la estructura misma. Si fuera algo superficial, tal vez podríamos ponerle un parche. Pero cuando el núcleo es defectuoso, no hay nada que hacer». Hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas.
Alonso se detuvo un momento, buscando las palabras adecuadas, y luego continuó: «Imagínatelo como un rascacielos: si los cimientos están torcidos o las vigas de soporte están mal colocadas, no hay forma de arreglarlo. La única solución real es derribarlo y reconstruirlo desde cero».
La analogía de Alonso dio en el clavo. El peso de la situación se apoderó de todos, sin dejar lugar a la negación. Uno a uno, bajaron la cabeza con resignación, y la lucha se desvaneció de su postura.
Emmanuel exhaló. Para él, un hombre de más de cuarenta años, el colapso del proyecto Seek no solo sería un revés profesional, sino que significaría el fin de su reputación y se convertiría en el hazmerreír de todas las reuniones familiares durante años.
Al otro lado de la sala, Lance parecía consternado, con el rostro pálido. «Alonso, tienes que encontrar una solución. Hemos invertido años de trabajo y miles de millones de dólares en este proyecto. Estamos a punto de alcanzar la meta. ¡No puedo aceptar que todo haya sido en vano!». Su voz se quebró y cada palabra denotaba desesperación.
Todos los demás asintieron con la cabeza, rogando en silencio por un milagro. Sus esperanzas, nerviosas y vulnerables, dependían por completo del siguiente movimiento de Alonso.
Lo nuevo está en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒα𝓷.𝓬𝓸𝓂 disponible 24/7
Acorralado por la desesperación colectiva de la sala, Alonso se ablandó y finalmente ofreció un atisbo de esperanza. «Está bien. Pediré ayuda a mi mentor. Tiene mucha más experiencia que yo, es posible que vea algo que se nos ha pasado por alto».
«¿Tu mentor?», repitió Lance, con incredulidad en los ojos.
La reputación de Alonso había eclipsado hacía tiempo a la de los profesores que le habían enseñado en la universidad, por lo que el mentor al que se refería tenía que ser alguien completamente diferente, una figura de la que pocos habían oído hablar.
Alonso explicó: «El mentor al que me refiero trabajó durante décadas en un instituto nacional de investigación. Es el tipo de experto del que nadie habla porque casi nadie sabe siquiera su nombre. Pero en este campo, no hay nadie mejor. Sus habilidades hacen que las mías parezcan insignificantes».
Un silencio expectante se apoderó de la sala, que rápidamente dio paso a un murmullo de emoción. La esperanza se había reavivado, esta vez con más fuerza que antes.
Emmanuel dudó, con una mirada de incertidumbre en los ojos. «Alonso, si tu mentor es un experto de tal calibre, ¿no debería ser su información altamente confidencial? ¿Estaría dispuesto a involucrarse con nosotros?».
Alonso negó con la cabeza, con tono tranquilizador. —Ahora está jubilado, hace lo que quiere.
.
.
.