Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 307
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Capítulo 307:
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Una vez que sus pensamientos se cristalizaron en un orden racional, los latidos de su corazón recuperaron poco a poco su ritmo natural. Armada con una determinación inquebrantable, podría evitar repetir los crueles patrones de la historia. Sin duda, ni siquiera alguien tan poderoso como Merlin podría doblegarla a su voluntad mediante el mero uso de la autoridad, ¿verdad?
Elliana se había posicionado como una observadora silenciosa, catalogando cada microexpresión que se dibujaba en el rostro de Hailee como las páginas de un libro abierto.
Elliana preguntó, con voz deliberadamente cuidadosa: «Hailee, algo pasó entre Merlín y tú en ese yate, ¿verdad?».
La pregunta quedó suspendida entre ellas, cargada con la genuina preocupación de Elliana más que con simple curiosidad. La naturaleza volátil de Merlín, junto con el enorme abismo que separaba su posición social de la de Hailee, había sembrado semillas de preocupación que ahora florecían en instintos protectores. La confianza de Hailee en Elliana era profunda, disolviendo cualquier…
Las barreras entre ellas se disolvieron. Ella optó por la honestidad, y sus palabras transmitían el peso del impacto que aún recordaba. —Quería que fuera su mujer, no me lo pidió, me lo ordenó.
Los ojos de Elliana se contrajeron en dos puntos afilados, absorbiendo la confirmación de sus sospechas más oscuras. Así que su instinto no la había engañado: Merlin había estado rondando a Hailee como un depredador que elige a su presa.
—¿Y qué te dijo tu corazón? —preguntó Elliana, con tono deliberadamente neutro. La autonomía personal merecía respeto por encima de todo. No iba a jugar a ser la titiritera en la vida de Hailee, independientemente de sus propios impulsos protectores.
Hailee negó con la cabeza de forma decidida. —No quería tener nada que ver con él. Se lo dejé muy claro en ese mismo momento.
El alivio escapó de los labios de Elliana en un suspiro apenas audible. —Lo entiendo perfectamente. Si alguna vez intenta imponerte su voluntad por la fuerza, cuenta conmigo.
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Hailee asintió con profunda gratitud. —Lo recordaré. La promesa de Elliana envolvió a Hailee como una armadura, transformando su ansiedad en una determinación inquebrantable.
Hailee había sido testigo de las formidables capacidades de Elliana con sus propios ojos: pocos adversarios podían igualar ese tipo de lealtad feroz.
Mientras continuaba su conversación en voz baja, las familias Craig y Sampson mantuvieron su círculo asfixiante alrededor de Merlín, derramando palabras melosas sobre él como ofrendas sacrificiales. Merlín absorbió sus elogios con el entusiasmo del granito frente a la lluvia, totalmente indiferente a sus desesperados intentos de congraciarse con él.
Boris se acercó con su habitual elegancia diplomática, calculando cada movimiento para proyectar confianza a pesar del temblor de sus manos. La respuesta de Merlín destrozó el barniz que había mantenido cuidadosamente durante toda la velada. Su puño se estrelló contra la mandíbula de Boris con la precisión de un mazo contra un cristal.
«¡Ugh!». El repugnante sonido del impacto resonó en la sala mientras los testigos gritaban al unísono. Los cuerpos retrocedieron instintivamente, creando un espacio cada vez más amplio alrededor de la figura encogida de Boris.
Años de entrenamiento disciplinado habían transformado las manos de Merlín en armas capaces de astillar huesos. El único golpe dejó a Boris vomitando sangre sobre el mármol inmaculado, con el cuerpo convulsionando en oleadas de agonía.
—¡Boris! —El grito angustiado de Bonnie rompió el silencio atónito, su voz quebrándose bajo el peso del terror maternal.
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