Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 306
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Capítulo 306:
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En ese momento, su imponente figura atravesó la puerta, recortada contra la brillante luz que se filtraba por detrás. Cada paso deliberado alargaba su sombra sobre el suelo de mármol, como si una figura de una leyenda antigua se hubiera materializado para reclamar el dominio de la sala. El aire mismo parecía cristalizarse bajo el peso de su presencia. Una sola mirada de esos ojos penetrantes podía congelar la sangre en las venas.
En comparación con la asombrosa riqueza e influencia del imperio Blakely, las familias Craig y Sampson parecían meras gotas en el océano. En cuanto se percibieron los pasos de Merlín, los representantes de ambos clanes se abalanzaron hacia él como cortesanos ansiosos de obtener el favor real. Incluso Boris, cuyos hombros se habían encogido bajo la creciente presión apenas unos instantes antes, se tragó sus dudas y se unió a la multitud que avanzaba.
Abandonada en el repentino éxodo, Hailee parpadeó nerviosa. La presencia de Merlín siempre la inquietaba: cada encuentro la transportaba a aquel humillante incidente en el yate. El recuerdo la hacía buscar un punto de apoyo, sin saber cómo afrontar su próximo e inevitable encuentro. La culpa le hacía un nudo en el pecho. Durante innumerables noches de insomnio, se había atormentado preguntándose si la herida de su muñeca se había curado correctamente, pero la cobardía le había impedido preguntar a nadie por su estado. Ahora, al ver cómo los pasos seguros de Merlín lo llevaban más adentro de la sala, la mirada de Hailee se dirigió automáticamente a su muñeca. La tela negra de su traje a medida lo ocultaba todo, sin dejar entrever la carne en proceso de curación ni ningún daño persistente. En cuestión de segundos, la multitud lo había engullido por completo, borrando hasta el más mínimo rastro de su figura de la vista de Hailee.
Mientras Hailee permanecía paralizada por la confusión, Elliana se materializó a su lado como un fantasma.
—Elliana —susurró Hailee, con voz apenas audible por encima del murmullo circundante—, ¿qué trae a Merlín aquí esta noche?
Los labios de Elliana se curvaron en una sonrisa cómplice. —Qué ingenua eres. Ha venido a por ti, obviamente.
Hailee abrió mucho los ojos mientras repasaba mentalmente los acontecimientos de la noche. Las piezas encajaban con inquietante claridad: su intervención parecía haber sido orquestada específicamente en torno a su presencia.
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Momentos antes, cuando la mano de Hester se había alzado hacia la mejilla de Hailee, Merlín había irrumpido como un ángel vengador, declarando: «Nadie se atreve a hacerle daño bajo mi protección».
La revelación golpeó a Hailee como un rayo: ella era la persona a la que Merlín había jurado proteger. Su corazón comenzó a latir con fuerza contra sus costillas. La adulación y el pánico se libraron una batalla en su pecho, haciendo que su pulso se acelerara y el calor inundara sus mejillas.
El recuerdo de la cubierta del yate la invadió en vívidas olas. Su propuesta directa resonaba en sus oídos: él quería que se convirtiera en su mujer, hablando con la autoridad casual de alguien acostumbrado a reclamar todo lo que le interesaba. Ella lo había rechazado entonces, alegando su relación con Boris. ¿Aún albergaba esas intenciones a pesar de su negativa?
El torrente de recuerdos la dejó sumida en una turbulencia emocional. Apretó los dedos temblorosos contra el esternón, luchando por regular su respiración entrecortada. Sin embargo, bajo el caos, la claridad emergió como el haz de un faro atravesando las nubes de tormenta. Nunca podría rendirse a la voluntad de Merlin, independientemente de sus métodos o su persistencia. Boris le había enseñado lecciones devastadoras sobre la verdadera naturaleza de los herederos privilegiados. Para ellos, las chicas normales no eran más que diversiones temporales, juguetes entretenidos que se desechaban cuando perdían su novedad. La única variable era su forma de abordar la conquista. Boris había manejado el engaño como un maestro artesano, mientras que Merlín esgrimía su dominio como una espada reluciente.
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