Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 288
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 288:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Completamente desconcertada, Bonnie solo pudo jadear, con la boca abierta por la incredulidad. Nunca en su vida había esperado que Elliana hablara con tanta descaro, y mucho menos que lanzara insultos con tal precisión.
Años atrás, Bonnie había orquestado la entrada de Trinity en la casa de los Evans, convencida de que la proximidad daría lugar al amor y, con el tiempo, al matrimonio. La idea había sido elogiada como inteligente, incluso estratégica. Pero Elliana acababa de desmontarla delante de todos, convirtiéndola en una humillación pública.
Una mano se posó en el pecho de Bonnie mientras los temblores recorrían su cuerpo y su respiración se volvía superficial y entrecortada.
Frente a Bonnie, Elliana permanecía impasible. No había ni una pizca de compasión en sus ojos, solo la sombra de una sonrisa de satisfacción. No se trataba solo de vengarse por las palabras groseras que Bonnie había dicho antes sobre su madre, sino de hacer justicia, pura y simplemente.
Mientras Bonnie se tambaleaba al borde del colapso, Elliana hizo una reverencia sarcástica. «Disculpa», dijo con indiferencia, y luego se dio la vuelta y se marchó como si fuera la dueña del lugar.
Bonnie se desplomó en su silla, empapada en sudor frío, con la furia agotada y convertida en puro cansancio.
Desde un lado, Rubén estaba prácticamente radiante. «¿Has visto eso? ¡Elliana acaba de hacer pedazos a Bonnie con sus palabras y ni siquiera ha pestañeado!».
Bertram y Emmanuel se quedaron paralizados, con la boca abierta, incapaces de procesar lo que acababa de pasar. No habían captado las palabras exactas que habían salido de la boca de Elliana, pero a juzgar por el desmoronamiento de Bonnie, debían de haber sido un golpe verbal.
Una frase cortante de Elliana y Bonnie, antes tan ruidosa y engreída, parecía haber sido arrollada por un tren de mercancías. Frotándose las manos con alegría, Rubén sonrió mientras decía: «Dios, tengo que saber qué le ha dicho Elliana para dejar a Bonnie así».
Sin perder el ritmo, Bertram y Emmanuel intercambiaron una mirada, ambos moridos por conocer los detalles.
Con una risa ahogada, Emmanuel se volvió hacia Rubén. —Tenías razón, papá. Elliana no es ninguna pusilánime. No importa que sea alguien de la edad de Bonnie: si se le cruzan, les da una buena.
Solo disponible en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒα𝓷.ç◦𝓂 para ti
—¡Exacto! —exclamó Rubén con un grito de triunfo, hinchando el pecho con orgullo—. Elegí a Elliana por una razón. Puede que no sea una reina de belleza perfecta, pero tiene carácter, y eso es lo que importa. El heredero de los Evans no necesita un trofeo, necesita un comandante».
Bertram y Emmanuel se echaron a reír, ambos divertidos por lo presumido que sonaba su padre.
No muy lejos, Trinity había estado observando toda la escena. En cuanto vio a Bonnie nerviosa, se acercó corriendo. «Abuela, ¿qué ha pasado? ¿Estás bien?», preguntó Trinity, agachándose con expresión preocupada.
Bonnie jadeó, con la voz ronca por la rabia. «¡Esa maldita chica se ha atrevido a contestarme! ¡Te lo juro, me muero de rabia!». Sin previo aviso, agarró a Trinity por la muñeca con fuerza y urgencia. «Ve a buscar a tu padre. ¡Quiero que ponga en su sitio a esa mocosa insolente!».
Una mirada a la multitud le indicó a Trinity que sus padres estaban enfrascados en una conversación con Murray y su esposa, lejos de poder acudir en su ayuda. Intentando evitar que la situación estallara, se inclinó hacia ella y le susurró: —Abuela, papá está ocupado ahora mismo. Y es el compromiso de Boris, ¿recuerdas? No causemos problemas. Respira y déjalo pasar, por ahora.
.
.
.