Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 281
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Capítulo 281:
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El vapor salía del baño cuando Hailee salió, con la piel brillante, el pelo ligeramente húmedo y el atrevido vestido rojo ceñido a su figura.
Hailee nunca había llevado nada tan llamativo. Todo en ella había cambiado: su postura, la mirada de sus ojos, la tranquila seguridad de sus pasos. El color carmesí, con todo su fuego y rebeldía, la había transformado por completo.
Elliana no había elegido el vestido al azar: cada detalle había sido cuidadosamente seleccionado, como una armadura cosida en seda.
Elliana guió a Hailee hasta el tocador, la sentó con delicadeza en la silla y empezó a recogerle el largo cabello, sujetándolo con una delicada horquilla grabada con el emblema característico de Rosa.
Con cada movimiento, Elliana estudiaba los rasgos suaves y refinados de Hailee, su piel luminosa como porcelana intacta por el paso del tiempo. Empezó a aplicar un ligero toque de maquillaje. Incluso con el más mínimo toque, el efecto era transformador.
Hailee, que antes era la imagen de la dulzura y la inocencia, ahora tenía algo más afilado. Con un cuidadoso movimiento, Elliana arqueó sus cejas, dando al maquillaje de Hailee justo…
Lo suficiente para llamar la atención. Para completar el look, Elliana colocó un fino collar alrededor del cuello de Hailee, con el logotipo de Rosa brillando como un sello de elegancia.
—Ya está, perfecto —declaró Elliana, dando un paso atrás para admirar su trabajo.
Hailee se volvió hacia el espejo y, por un segundo, no reconoció a la mujer que la miraba. Normalmente salía con la cara sin maquillar y vestida con ropa sencilla. Era la primera vez que se arreglaba así. No sabía que podía brillar de esa manera y que podía ser atrevida y elegante a la vez, con solo un toque de refinamiento y determinación.
Elliana contempló el reflejo de Hailee y sonrió. —¿Qué te parece?
El calor invadió las mejillas de Hailee. —Elliana, ¿tienes manos mágicas o algo así? ¿Cómo has conseguido esto?
ɴσνєʟα𝓼4ƒαɴ.c〇m – ¡échale un vistazo!
Elliana soltó una carcajada mientras se ponía de pie y ayudaba a Hailee a levantarse con delicadeza. —No es magia, cariño. Es tu belleza natural.
Siempre la has tenido. Es solo que nunca te habías vestido así».
Luego, agachándose ligeramente, Elliana colocó un elegante par de zapatos de tacón plateados con el emblema de Rosa a los pies de Hailee. Su voz se suavizó. «Vamos. Pruébatelos».
Sin dudarlo, Hailee deslizó los pies dentro de los zapatos, y la última pieza encajó en su sitio. Llevar tacones altos por primera vez le resultó extraño: al principio se sentía inestable, pero extrañamente intrigante. La altura adicional enderezó su postura sin esfuerzo.
Con una mirada, Elliana le ofreció ánimos inmediatos. «Eso es. Mantén la espalda recta y la barbilla ligeramente levantada. Ya pareces más elegante. La postura correcta alimenta tu confianza y, con esa energía, esta noche serás imparable».
Realmente parecía que los zapatos tenían algún tipo de magia.
Cuando Hailee vio su reflejo en el espejo, algo cambió en su interior. Sus hombros se echaron hacia atrás y sus ojos brillaron. «Elliana, te lo juro, ¡buscaré justicia por mí misma y llevaré una vida mucho mejor!».
Un golpe en la puerta interrumpió el momento.
Elliana cruzó la habitación y abrió la puerta para encontrar a Paulina esperando con una suave sonrisa.
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