Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 279
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Capítulo 279:
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Manley parpadeó, completamente perdido. Le recordó a cuando Cole descubrió que Elliana había sido secuestrada. Cole se había vuelto loco, saliendo furioso con fuego en los ojos, gritando que iba a poner a alguien en su sitio. ¿Y ahora? Merlín tenía exactamente el mismo aspecto. Cole estaba furioso porque habían secuestrado a su mujer. Pero, ¿qué había llevado a Merlín al límite? Ardiendo de curiosidad, Manley lo siguió de cerca, acosándolo con preguntas. «Oye, Merlín, ¿quién es el «afortunado» con el que vas a lidiar? ¿Fue el tipo que te dio ese golpe tan desagradable? ¿Quieres refuerzos?». Manley pensó que estaba siendo comprensivo, pero Merlín no lo vio así.
Merlin se detuvo tan bruscamente que Manley casi chocó contra él. Se volvió con el ceño fruncido y espetó: «¿Qué te importa? Métete en tus asuntos».
Manley sonrió, se rascó la nariz y luego señaló directamente el bulto de Merlin. «Vamos, solo intento ayudar. ¿No sería mucho más genial si tus amigos se unieran a ti?».
Fue entonces cuando Merlin se dio cuenta. Manley pensó que había perdido una pelea. La idea le hizo estremecerse. ¿Un hombre como él, que había sido miembro de las fuerzas especiales, invicto y temido más allá de las fronteras, iba a perder una pelea? Imposible. Sintió la necesidad de aclarar las cosas. Con un gruñido de enfado, dijo: «No perdí ninguna maldita pelea. Me dio una paliza una mula. Literalmente».
Manley frunció los labios. Sí, como si eso tuviera sentido. ¿De dónde iba a salir una mula en Ublento? ¿Y qué clase de mula podía dar un golpe así? Se trataba del mismo tipo que había derribado a hombres en combate y luchado con lobos en la naturaleza. En todo caso, Merlin sería el que daría las patadas.
Manley no pudo evitar recordar aquella noche caótica en el yate de Merritt, cuando Hailee le hincó los dientes en la muñeca a Merlín y le dejó sangrando. Cuando le preguntaron qué había pasado, Merlín lo había restado importancia y se había negado a dar más detalles. Solo más tarde, cuando Hailee apareció con un botiquín de primeros auxilios, el grupo se dio cuenta de que era ella quien le había dejado la marca.
Ese recuerdo hizo surgir una nueva teoría en la mente de Manley. Quizás el nuevo bulto en la cabeza de Merlin tenía el nombre de Hailee escrito por todas partes. La idea se afianzó rápidamente. Antes de que pudiera detenerse, gritó: «Espera, ¿te has encontrado con Hailee hace un momento?».
Merlin ni siquiera se molestó en responder. Le lanzó una mirada tan afilada que podría haberlo matado y siguió caminando.
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Esta vez, Manley se quedó clavado en el sitio. No necesitaba palabras. Esa mirada le decía todo lo que necesitaba saber. Sin duda, había sido Hailee.
La revelación dejó a Manley atónito. ¡Hailee no se había contenido en absoluto! Primero, había ido a por el brazo de Merlín. Ahora, había ido a por su cabeza. A este paso, parecía que meterse con él se había convertido en su hobby personal. Mientras tanto, Merlín no tenía ni idea de que la imaginación de Manley estaba desbocada. Tenía cosas más urgentes en la cabeza, concretamente, preparar una gran «sorpresa» para la fiesta de compromiso de Boris y Hester esa noche. Salió del Royal Club a toda prisa.
En otro lugar, Elliana ya había acompañado a Hailee de vuelta al hotel. No podía dejar de pensar en la piedra que le había lanzado a Merlín. Solo recordarlo le daba ganas de reír. Desde el momento en que se conocieron, ese hombre no había hecho más que buscarle defectos. Le había tirado una taza, había intentado separarla de Cole y no dejaba de presionar a Cole para que rompiera con ella. Ahora, por fin había igualado el marcador. Quizás ahora se lo pensaría dos veces antes de meter las narices en la relación de otra persona.
Su satisfacción seguía brotando. Cuando llegaron al taxi, tarareaba una de sus canciones pop favoritas.
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