Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 274
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Capítulo 274:
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Elliana se quedó atrás, observando en silencio. No era momento para consolarla. A veces, había que dejar que la tormenta arrasara para encontrar la paz al otro lado.
Merlin se quedó más atrás, medio escondido detrás de un pilar de piedra, con la mirada fija en Hailee. Siempre había mantenido a la gente a distancia, sin interesarse por los dramas ajenos. Pero esa noche, esa regla tenía una excepción, ya que se trataba de Hailee. Oyó que su voz se elevaba, temblando de rabia y angustia. «¡Boris Craig, sinvergüenza! ¡Cabrón!».
¿Boris Craig? Merlín entrecerró los ojos. ¿Así que ella conocía a Boris? ¿Qué le había hecho Boris? ¿Estaba llorando por él?
Sin pensarlo dos veces, Merlín sacó su teléfono y llamó a su asistente. «Investiga la conexión de Boris Craig con una mujer llamada Hailee Loftus. Lo quiero todo, rápido».
Al colgar, vio a Hailee secándose la cara con la manga, enfadada. Elliana se acercó y le susurró algo a Hailee, y juntas se alejaron.
Merlin dudó y luego se movió como una sombra detrás de ellas. No quería que lo vieran, así que se mantuvo oculto, lo suficientemente cerca como para tenerlas a la vista. Diez minutos más tarde, las dos mujeres se sentaron en un banco al borde de la carretera.
Detrás de ellas se extendía una pared verde repleta de flores, cuyas cabezas doradas se mecían con la brisa, llenando el aire con una suave dulzura.
Para escuchar su conversación, Merlín dio un rodeo y se sentó en silencio al otro lado de la pared de flores.
En ese momento, su teléfono vibró. Había llegado el informe.
Merlín entrecerró los ojos como si fueran rendijas de hielo mientras procesaba el informe de su asistente. La revelación sobre el escandaloso comportamiento de Boris le golpeó como un puñetazo.
Aunque sus interacciones nunca habían ido más allá de saludos superficiales, los rumores sobre los tratos desleales de Boris habían llegado a oídos de Merlín. El descubrimiento de hoy sobre el maltrato de Boris hacia Hailee encendió una furia latente que hizo que Merlín apretara los dientes.
Tal depravación por parte de Boris no podía tolerarse. El pasado de Merlín como soldado de las fuerzas especiales internacionales le había inculcado un inquebrantable sentido de la moral que le exigía actuar, no quedarse de brazos cruzados. Las reflexiones de Merlín se vieron interrumpidas cuando las voces de las dos mujeres llegaron hasta él a través de la pared de flores que las separaba.
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Hailee, ajena a que la estaban espiando, continuó su conversación abiertamente.
Elliana, sin embargo, había detectado la presencia de Merlín desde el principio. Supuso que Merlín y Hailee se habían conocido durante su encuentro en el yate y, al no percibir malicia en su preocupación por Hailee, decidió no alertarla.
—Hailee, ¿qué vas a hacer ahora? —preguntó Elliana con voz suave pero directa.
El rostro de Hailee, antes tan alegre, mostraba ahora los estragos del desamor: los ojos hinchados, la tez cenicienta y los labios agrietados daban testimonio de su dolor. Un suspiro de cansancio se le escapó. —Boris es el heredero de la familia Craig y tiene una influencia inimaginable. La gente como nosotros, de origen humilde, no puede permitirse desafiar a alguien como él. —Apretó los labios exangües. «El hecho de que él me haya engañado y herido no me deja otra opción que sufrir en silencio. Cualquier represalia por su parte me destrozaría por completo».
«¿Te preocupa que le haga daño a tu padre?», indagó Elliana, con una mirada comprensiva en los ojos.
Hailee asintió con la cabeza, un gesto sencillo que lo decía todo. Su padre seguía siendo su único punto débil. Por él, se tragaría esta amarga injusticia. El dolor le desgarraba por dentro, el odio amenazaba con consumirla, pero no veía otra alternativa.
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