Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 248
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Capítulo 248:
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Jeff, que esperaba poder hablar con Elliana, se recostó con un suspiro. Con Elliana y Cole actuando como almas gemelas, sus sueños lejanos se habían hecho añicos.
Nadie se fijó en Jeff, que estaba enfurruñado en un rincón. Su silencioso enamoramiento no tenía mucho peso en aquella sala.
Trinity parecía a punto de explotar. Ver los dedos de Elliana entrelazados con los de Cole la hacía temblar de envidia.
Irene no se quedó atrás. Entrecerró los ojos y soltó un comentario sarcástico, con voz aguda y llena de actitud…
Irene había estado pasando desapercibida últimamente, lamiéndose las heridas, pero ahora que Jason había vuelto, volvió a caer en sus viejas costumbres. —Elliana, hay algunas cosas que tienes que aprender, y más te vale prestar atención.
Elliana levantó una ceja y esbozó una sonrisa perezosa. —Adelante, te escucho.
Con la barbilla levantada, Irene miró de reojo a Elliana. —Ahora eres la matriarca de la familia Evans. Ese papel conlleva poder, pero también límites. No puedes hacer lo que te dé la gana o acabarás creando problemas.
Elliana frunció los labios, más divertida que molesta. —¿Y a qué tipo de problemas te refieres?
La voz de Irene se agudizó como un cuchillo. —A correr por ahí sin guardaespaldas, a eso me refiero. Si hubieras actuado como alguien de tu estatus, no habrías llamado la atención de Merritt. No habrías sido secuestrada. No habrías puesto en peligro a Cole.
Nadie más intervino, pero Elliana supo por el silencio de la sala que la mayoría estaba de acuerdo con Irene.
La familia Evans no era un clan rico cualquiera. Con su fortuna, eran blancos fáciles. Casi todos sus miembros iban acompañados de guardaespaldas. La única excepción era Elliana, que se negaba a seguir las reglas.
Cole había sido preparado para liderar, para ser el mejor de los mejores. Si le pasaba algo, sería un golpe muy duro para toda la familia, tal vez incluso hundiría el imperio Evans.
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Esta vez, Cole había regresado con vida. Pero si no lo hubiera hecho, Elliana habría sido culpada sin dudarlo.
Ruben no dijo nada para detener a Irene. Eso por sí solo decía mucho de su postura. Puede que le cayera bien Elliana, pero cuando se trataba de proteger a Cole, no había favoritos. Su tono no era tan tajante como el de Irene, pero tenía peso. —Elliana, ahora que eres la matriarca de esta familia, tienes que renunciar a la libertad que tenías antes.
Elliana no iba a explicar que los guardaespaldas solo la ralentizaban, ni que moverse sola la hacía más rápida, más inteligente y más difícil de rastrear. En lugar de eso, mantuvo una expresión educada y asintió respetuosamente. —Entendido.
Rubén pareció satisfecho y continuó: —Jason está a cargo de nuestra seguridad. Habla con él cuando tengas ocasión. Te asignará un equipo para que te proteja. Solo tienes que decirle lo que necesitas.
Elliana dirigió la mirada hacia Jason, con aire más indiferente que interesado.
Aunque Jason decidiera actuar como su guardaespaldas, a Elliana no le impresionaría lo más mínimo. Sus guardias, elegidos personalmente por él, solo serían una molestia, entorpeciéndola cuando necesitara espacio para actuar con audacia. Además, dejar que el equipo de Jason la siguiera a todas partes era prácticamente lo mismo que darle un asiento en primera fila para que controlara cada uno de sus movimientos.
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