Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 247
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Capítulo 247:
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Al entrar en la opulenta sala de estar, quedó claro de inmediato que todos los miembros de la familia habían sido convocados.
Trinity acababa de regresar de su viaje al extranjero con Murray, supuestamente para conocer a la famosa Milena. Estaba en un rincón, charlando sin parar, radiante como si acabara de salir de una alfombra roja.
Jason, todavía con su media máscara negra, estaba tumbado en el sofá, y su presencia tranquila pero dominante silenció al instante a los jóvenes que lo rodeaban. Irene estaba sentada orgullosa a su lado, irradiando satisfacción, actuando como si el regreso de su hijo la hubiera elevado en la escala social.
En el momento en que Cole y Elliana cruzaron la puerta, la sala quedó completamente en silencio. Todos los ojos se fijaron en ellos dos, con las manos entrelazadas como en una foto de recién casados, y todos se quedaron boquiabiertos. ¿Qué estaba pasando? No hacía mucho, Cole había salido furioso de esta misma finca, harto de la idea de intimar con Elliana.
Por lo que sabían, Elliana había estado deambulando sin un solo guardaespaldas y había acabado secuestrada por un grupo de delincuentes. Cole había resultado herido al salvarla. Todo había sido un desastre. Lógicamente, debería haber cortado los lazos para siempre. Entonces, ¿por qué ahora caminaban de la mano, como si nada hubiera pasado? ¿Era algún tipo de montaje dramático para impresionar a Ruben? Pero esa teoría no tenía sentido. Cuando Cole se marchó de la finca, lo dejó muy claro: no estaba interesado en aparentar. Si quería fingir algo, ese no era el momento.
Mientras todos murmuraban confusos, Cole y Elliana hacían sus rondas, saludando a los ancianos con cortés cordialidad.
En el centro de todo estaba Rubén, sentado en la gran silla como el patriarca que una vez fue. Les echó un vistazo lento a ambos antes de esbozar una sonrisa cómplice. Luego, su mirada se posó en Cole. —¿Cómo va la herida, Cole?
—Se ha curado muy bien —respondió Cole, siendo breve.
Rubén asintió con la cabeza, claramente satisfecho. —Paulina me ha dicho que Elliana te ha cuidado muy bien. Parece que tu rápida recuperación se debe en gran parte a ella.
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—Ya lo sabes —dijo Cole, sonriendo—. Elliana tiene talento, un toque delicado y reúne todas las cualidades de la esposa perfecta.
Mientras Cole hablaba, sus ojos se posaron en Elliana, llenos de una calidez que no dejaba lugar a dudas.
Elliana, completamente sorprendida por el cumplido, se volvió para mirarlo antes de apartar rápidamente la mirada, con las mejillas sonrojadas.
Ese momento dejó a todos los presentes con la misma idea: Elliana había logrado un milagro. Tras solo unos días cuidando de él, tenía a Cole comiendo de su mano.
Parecía que el destino tenía una extraña forma de equilibrar las cosas. Una puerta se cerraba de golpe, pero en otro lugar se abría una ventana en silencio. Puede que Elliana no tuviera una belleza clásica y que su personalidad fuera un poco peculiar, pero su amabilidad tranquila y competente había cautivado claramente al brillante Cole.
Sin darse cuenta del revuelo que había causado, Elliana se hundió en el sofá junto a Cole como si fuera su sitio, sincronizando cada movimiento con los de él.
Al ver lo bien que se compaginaban Elliana y Cole, Rubén se animó aún más. Claro, parecían muy diferentes —uno prácticamente nacido para aparecer en las portadas de las revistas y la otra sencilla y sin pretensiones—, pero si conectaban tan bien, eso era lo que realmente importaba.
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