Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 237
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Capítulo 237:
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Elliana le lanzó una mirada afilada y luego se dio la vuelta con un movimiento altivo de la barbilla. —No me apetece explicarlo.
Cole extendió la mano y le pellizcó suavemente la mejilla, un gesto juguetón lleno de cariño. No la presionó más. Ella seguía siendo un enigma para él y no tenía prisa por desentrañar sus secretos. Ya lo conseguiría, poco a poco.
En ese momento, se oyó un golpe en la puerta.
Una vez que dieron permiso, Paulina entró. —Señor Evans, señora Evans, la cena está lista.
Paulina siempre había sido la ama de llaves de confianza de Cole. Durante la estancia de Elliana en la finca de los Evans, había sido ella quien la había cuidado. Ahora que Elliana vivía con Cole en Regal Grove, Paulina también se había mudado con ellos.
Cole miró a Elliana. —¿Tienes hambre?
Elliana asintió con la cabeza.
—¿Quieres bajar a cenar? —preguntó Cole.
—Claro, pero ve tú primero. Voy a darme una ducha —respondió Elliana.
Dicho esto, se dio la vuelta y se dirigió al cuarto de baño. El maquillaje recargado y la peluca recogida a toda prisa en un moño empezaban a resultarle agobiantes. Necesitaba refrescarse un poco antes de sentarse a comer.
En cuanto entró en el cuarto de baño, Cole bajó las escaleras, seguido de cerca por Paulina, que irradiaba el cuidado y la atención de una confidente de confianza.
Después de ducharse, Elliana se secó el pelo con una toalla y se puso un suave camisón antes de bajar.
No esperaba encontrar un armario repleto de ropa esperándola en Regal Grove. Todos y cada uno de los conjuntos que sacó del armario le quedaban perfectamente. Era obvio que Cole lo había planeado todo hasta el más mínimo detalle. Darse cuenta de ello le produjo una agradable sensación de calidez en el pecho. Bajó las escaleras y se dirigió directamente al comedor.
Al llegar a la puerta, vio a Cole sentado a la cabecera de la mesa, leyendo un periódico con aire despreocupado.
Paulina estaba cerca, charlando con él, mientras Myles, Aron y Hugh permanecían en silencio, escuchando. El grupo se mostraba muy cómodo entre sí, con la naturalidad que solo da el haber compartido muchos años de historia. Elliana no pudo evitar sentir una pizca de envidia hacia Cole. Por muy rico o influyente que fuera alguien, era raro tener cerca personas que fueran tan leales y cercanas, y él era indudablemente afortunado.
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—Hola —dijo Elliana con una sonrisa suave y acogedora. Queriendo igualar la energía relajada de la sala, bajó deliberadamente la voz, dándole un tono más suave y juguetón.
Cole levantó la vista al oírla. Sus ojos recorrieron su vestido fluido y su largo cabello húmedo, y algo en su expresión se derritió silenciosamente. Myles, siempre tranquilo tras sus características gafas de montura negra, asintió levemente, manteniendo su habitual compostura refinada.
Aron y Hugh, por el contrario, se pusieron rojos como tomates. Los dos siempre habían sido tímidos con las mujeres y ahora, ante alguien tan impresionante como Elliana, despojada de cualquier disfraz, se quedaron paralizados, con las manos temblando ligeramente.
La expresión de Paulina cambió en un instante. Frunció el ceño y se movió instintivamente para ponerse delante de Cole. Su tono se agudizó. —¿Quién eres? ¿Cómo has entrado en Regal Grove? Paulina nunca había visto el verdadero rostro de Elliana y todavía la imaginaba como la mujer sencilla de antes.
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