Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 206
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 206:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Sin embargo, Cole no mostraba ninguna intención de soltarla. Cada vez que ella se movía, él exclamaba dramáticamente: «¡Ah, qué agonía! ¡Es insoportable! ¡Me cuesta respirar y siento que el corazón me va a parar!».
Al oír sus lamentaciones teatrales, Elliana dudó sinceramente en seguir moviéndose. Inclinó la cabeza para examinar su expresión, tratando de discernir la autenticidad que se escondía tras su angustia fingida.
Fuera de la habitación, Myles, Aron y Hugh escuchaban con ansiedad los sonidos que provenían del interior.
Allan, Merlín y Manley estaban cerca, con el rostro igualmente grave.
Todos permanecían alerta ante cualquier indicio de peligro. Si detectaban algo alarmante, estaban preparados para irrumpir en la habitación. No podían permitir que Elliana hiciera daño a Cole. Su capacidad destructiva los aterrorizaba.
Por desgracia, el aislamiento acústico de la puerta resultó eficaz. A pesar de pegar la oreja contra ella, apenas distinguían un leve susurro.
Justo cuando su inquietud alcanzaba su punto álgido, los gritos angustiados de Cole atravesaron la barrera. —¡Ah, qué agonía! ¡Es insoportable! ¡Me cuesta respirar y siento que el corazón se me para!
Myles, Aron y Hugh se tensaron al instante, dispuestos a derribar la puerta y entrar.
Allan y Merlín también dieron un paso adelante, preparados para cualquier imprevisto.
Manley se adelantó rápidamente y detuvo a todos con un susurro urgente.
—¡Alto, alto, alto!
Hugh, el más impetuoso de todos, preguntó desconcertado. —Sr. Swain, ¿por qué nos detiene? ¿No ha oído los gritos de dolor del Sr. Evans? La naturaleza aterradora de Elliana sugiere que está siendo torturado. ¡Debemos intervenir y rescatarlo! —
La declaración de Hugh reveló su ingenuidad persistente: su incapacidad para reconocer que ciertas expresiones vocales entre parejas íntimas pueden reflejar una dinámica juguetona en lugar de una angustia genuina.
—¡Ejem! —Manley se aclaró la garganta y se secó la frente, con una mirada divertida en los ojos.
Lectura recomendada: ɴσνєʟα𝓼4ƒα𝓷.ç𝓸m
—Con mi amplia experiencia en asuntos románticos, les aseguro que Cole no corre ningún peligro real. Debemos seguir observando.
Incapaz de explicar el matiz a Hugh, Manley miró a los demás, sorprendido al descubrir expresiones idénticas de preocupación. Todos creían sinceramente que Cole estaba en peligro. Los labios de Manley se crisparon involuntariamente. Estos caballeros necesitaban urgentemente una lección sobre las sutilezas románticas.
«¡Ejem!». Tras evaluar en silencio su inocencia, Manley carraspeó torpemente y sugirió: «Consideren esto detenidamente. A pesar del aparente sufrimiento de Cole, ¿no había un tono de picardía y fingimiento en su voz?».
Su observación provocó un silencio momentáneo.
«Es cierto, tienes razón», reconoció Myles. Habiendo crecido junto a Cole, conocía muy bien sus patrones de comportamiento. Nunca había sido testigo de una vocalización tan teatral por parte de Cole.
.
.
.