Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 194
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Capítulo 194:
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Así que, cuando Manley formuló la pregunta, los ojos de Elliana buscaron inmediatamente el rostro de Merlín. Él frunció el ceño, claramente molesto, pero se mordió la lengua. Ella arrugó el entrecejo. ¿Era eso una admisión silenciosa? «Espera, no puede ser, Merlín. No lo dirás en serio, ¿verdad?».
Manley parpadeó, dividido entre la risa y la incredulidad. «¿En serio, Merlín? ¿Tú? Hace solo unos minutos, estabas predicando sobre la soltería, sobre lo repulsivo que era el romance, sobre cómo no podías concebir ningún tipo de intimidad física con las mujeres. ¿Y ahora de repente te interesa Hailee?».
El rostro de Merlín se sonrojó con un destello de vergüenza, su boca se crispó, listo para responder, pero Manley se le adelantó.
—Antes de que digas nada, hay algo que debes recordar —dijo Manley, con voz firme pero con un tono de advertencia.
Eso detuvo a Merlín en seco.
Manley continuó: —Hailee trabaja en el Royal Club como azafata. Sé un poco sobre su situación. Tiene novio y está locamente enamorada de él. No tienes ni idea de cuánto».
Merlin frunció el ceño y apretó los labios mientras el disgusto se apoderaba de su rostro. Después de años sin sentir nada por ninguna mujer, de repente había encontrado a alguien que le había despertado algo, solo para descubrir que ya pertenecía a otra persona. Era un giro cruel del destino.
—He oído que solo llevaban tres meses saliendo cuando él enfermó gravemente. Desde entonces, ella ha estado trabajando sin descanso para pagar su tratamiento. Y ahora, está pensando en donarle un riñón —continuó Manley, contando todo lo que sabía.
Dejó que el peso de sus palabras calara antes de volverse hacia Elliana. —Tengo razón, ¿verdad?
Elliana apretó los labios, pero no dijo nada. No les debía ninguna explicación, y la historia de Hailee no era suya para contarla. Pero los demás interpretaron su silencio como una confirmación.
El rostro de Merlín se ensombreció.
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No esperaba que Hailee fuera del tipo de persona que se entregara tanto, sobre todo por alguien a quien no conocía desde hacía mucho tiempo. Ese tipo de amor, ese nivel de devoción, le resultaba ajeno. Y le quemaba. Los celos asomaron su cabeza, agudos y repentinos. ¿Cuánto amaba a este hombre para hacer tales sacrificios?
El pensamiento se retorció dentro de Merlín como una navaja. Se tiró del cuello, con evidente irritación, y murmuró con frialdad: «Sus asuntos no tienen nada que ver conmigo».
Era su forma de decir que renunciaba a Hailee.
Elliana sintió un alivio inmediato. Hailee era demasiado gentil, demasiado pura, demasiado ingenua para el mundo despiadado del círculo de Merlín. La idea de que Merlín, frío e impredecible, perturbara la vida de Hailee la había inquietado. Su decisión de retirarse era el mejor resultado posible.
Justo cuando Elliana exhaló un suspiro de alivio, se dio cuenta de algo: la mirada penetrante de Merlín se había posado en ella.
El ceño de Elliana se frunció, sutil pero intensamente. Merlín nunca le había mostrado amabilidad, ni una sola vez. Su primer encuentro en el Royal Club había sido más que frío. Incluso había instado a Cole a que se divorciara de ella. Ahora, con esa misma mirada penetrante fija en ella, no podía evitar preguntarse qué juego estaba jugando.
Merlin tenía un peso, el tipo de peso que solo se adquiere tras años en el campo de batalla. Su pasado en las fuerzas especiales internacionales se aferraba a él como una sombra: duro, disciplinado y peligroso. Cuando miraba a alguien, no era solo una mirada. Era un ataque. La mayoría de la gente se derrumbaba bajo esa presión.
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