Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 162
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Capítulo 162:
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Hailee no sabía muy bien cómo explicarlo, pero estar cerca de Elliana le daba una sensación de seguridad inquebrantable. Era como si la mera presencia de Elliana le prometiera protección, anclándola en la confianza y la calma.
—Elliana, haré lo que me digas —respondió Hailee con firme determinación.
Bajando la voz, Elliana se inclinó hacia ella y le susurró: —Muy pronto, podría haber una pelea muy seria a bordo de este yate. Voy a buscar un lugar seguro donde esconderte. No importa lo que oigas o lo que pase, si no vuelvo, quédate escondida. No salgas, ¿entiendes?
Hailee asintió instintivamente, pero pronto abrió los ojos con pánico. —¿Y tú? ¿Adónde vas? ¿No te vas a quedar conmigo?
Sin responder de inmediato, Elliana se dirigió hacia las estanterías, examinando cuidadosamente las armas que había allí.
Nerviosa, Hailee la siguió a unos pasos de distancia. La tenue luz le había impedido darse cuenta antes, pero ahora las afiladas hojas y las frías armas de acero estaban a la vista, haciéndola retroceder. Se le hizo un nudo en el pecho por la inquietud.
—Elliana, ¿por qué hay tantas armas mortíferas aquí? ¿Los que nos han capturado son piratas? —preguntó Hailee con voz temblorosa.
Elliana cogió una espada curva y comprobó su peso en la palma de la mano. Respondió con tono firme: —Esos hombres pertenecen a una organización criminal internacional. Están involucrados en todo: piratería, asesinatos, robos a mano armada, secuestros y chantaje. No hay nada que se les resista».
El miedo de Hailee no hizo más que aumentar. «Pero aún no me has dicho nada: después de esconderme, ¿qué vas a hacer?».
Para calmar a Hailee, Elliana le dedicó una sonrisa tranquilizadora y suavizó el tono. «¿No lo recuerdas? Me capturaron porque quieren utilizarme como moneda de cambio contra Cole. Para eso, me necesitan viva. No me harán daño hasta que comiencen las negociaciones».
En realidad, Elliana no tenía intención de quedarse esperando. Una vez que Hailee estuviera a salvo, planeaba destrozar ese lugar y acabar con todos los criminales. Sabía que la batalla que les esperaba sería salvaje, demasiado horrible para que Hailee la presenciara.
—Oh —murmuró Hailee, aceptando la explicación de Elliana sin preguntas. Tras una breve pausa, volvió a mirar a Elliana, con una pizca de vacilación en los ojos—. Pero quiero quedarme contigo. Si pasa algo terrible, ¡quizá pueda protegerte! Sé que no soy muy fuerte, pero lo daría todo por mis amigos. Si te pasara algo, no podría seguir viviendo como si nada hubiera pasado.
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Elliana se volvió hacia Hailee y le sonrió con calidez. Esa era precisamente la razón por la que apreciaba tanto su amistad con Hailee. En toda su vida, nunca había conocido a nadie tan sincero, gentil y amable como ella. En un mundo lleno de engaños y complejidad, una amiga como Hailee era como un tesoro único.
—No tienes que preocuparte por mí. Cole me protegerá. Lo que necesito es que te mantengas escondida —dijo Elliana con firmeza, sin dejar lugar a discusiones.
Hailee asintió con la cabeza, aunque la incertidumbre seguía presente en su voz. —Elliana, ¿de verdad crees que el señor Evans vendrá a por ti?
¿De verdad vendría Cole a por ella? Elliana no respondió de inmediato, sus pensamientos divagaban. Desde el día en que discutieron y se separaron, él no había aparecido en la residencia de la familia Evans, ni se había puesto en contacto con ella. Tenía la inquietante sensación de que ya había renunciado a ella y que podría haber pasado los últimos siete días en brazos de otra mujer.
—Vendrá —dijo Elliana con tono firme. Aunque ya no se preocupara por ella y no tuviera ganas de rescatarla, vendría de todos modos. Su orgullo no permitiría que nadie lo amenazara. Había oído historias sobre él, historias de quienes se habían cruzado en su camino y habían acabado arruinados o suplicando clemencia. Así que sí, vendría, aunque solo fuera para ajustar cuentas y recuperar su dominio. En ese sentido, sus objetivos coincidían. Ambos querían reducir este yate a cenizas.
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