Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 1283
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Capítulo 1283:
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Al segundo siguiente, Elliana se quedó paralizada al sentir algo que la impactó. Se le cortó la respiración. Sus pensamientos se desvanecieron. Durante cinco largos segundos, el mundo se difuminó hasta desaparecer. Cuando volvió a la realidad, la mujer estaba de pie ante ella.
«Buenas noches, doctora Atkinson», dijo la mujer en voz baja, con un tono suave y respetuoso.
«Soy Bexley Rogers. El Sr. Kaleb Thompson me ha encargado que me ocupe de sus necesidades diarias. Si necesita algo, por favor, hágamelo saber».
Elliana sintió que el suelo se inclinaba. ¿Bexley? Imposible. Esa voz. Ese rostro. Era su madre, Rita.
Elliana entrecerró los ojos mientras observaba a Bexley, absorbiendo cada rasgo con desesperada intensidad, buscando pruebas de lo que su acelerado corazón ya sabía.
Bajo la intensa mirada de Elliana, Bexley se limitó a inclinar ligeramente la cabeza, con una suave sonrisa en los labios. Incluso con un sencillo uniforme de sirvienta, desprendía una gracia natural, una nobleza tranquila que no se podía ignorar.
Mamá. La palabra se le atascó en la garganta a Elliana, silenciosa pero ensordecedora. Una segunda mirada más profunda borró toda duda. La mujer que tenía delante era, sin lugar a dudas, su madre, Rita.
Rita se había marchado cuando Elliana solo tenía cinco años. Los años de separación habían aumentado la distancia entre ellas, pero el reconocimiento fue instantáneo. Elliana se sintió aliviada al ver que su madre seguía siendo tan hermosa como siempre.
La edad no había empañado la belleza de Rita. Si acaso, la había refinado, dotándola de una elegancia madura que la hacía aún más cautivadora de lo que Elliana recordaba.
Elliana se sintió un poco abrumada. Había pasado innumerables noches en vela imaginando este momento, preocupada por si reconocería a su madre en cuanto se vieran. Después de ver a Sophie consumirse por la enfermedad y las penurias, un temor se había apoderado de ella: ¿y si su madre se había vuelto frágil, marchita e irreconocible? La devastación de esa posibilidad era insoportable.
Encontrarse con Rita después de tantos años en este lugar fue una sorpresa tan profunda que eclipsó incluso los sueños más descabellados de Elliana.
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Cuando la alegría de Elliana alcanzó su punto álgido, le surgieron preguntas en la mente. ¿Por qué estaba su madre en la finca Thompson, de entre todos los lugares? ¿Y por qué vestida como una sirvienta?
El instinto le gritaba a Elliana que se lanzara a los brazos de su madre, que cerrara los años transcurridos con un fuerte abrazo. Cada parte de ella se esforzaba por seguir ese impulso. Pero no podía. No ahora. No aquí. Este era el territorio de la familia Thompson y ella estaba disfrazada de hombre. Un movimiento descuidado podría condenarlas a ambas. No, tendría que enterrar el instinto, mantenerse firme y esperar.
Elliana se obligó a mantener la calma como si fuera una armadura, sofocando el caos que rugía en su interior. Su expresión se enfrió hasta alcanzar una neutralidad cortés. Cuando finalmente habló, su tono fue cálido y casual.
—Bexley, esperaba que pudieras ayudarme con algo. No estoy familiarizada con los dispositivos inteligentes de mi habitación. ¿Te importaría subir para enseñarme cómo funcionan?
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