Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 1201
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1201:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Ella dudó brevemente antes de dirigir su sonrisa hacia Cole. «Cole, tú eres parte de la familia Griffiths. Llevas nuestra sangre. Tu madre y yo somos primas, lo que me convierte en tu tía. ¿Cómo puedes hablar tan despreocupadamente de destruir a tu propia familia?».
Cole soltó una risa burlona, sin molestarse en ocultar su desprecio. «Ahórrame el discurso sobre la familia. La sangre de los Griffiths no significa nada para mí, y no me importa tenerte como tía. Si no hubiera sido lo suficientemente fuerte como para enfrentarme a la familia Griffiths, me habrías acabado hace mucho tiempo, ¿no?».
Maxine se quedó sin palabras, sin nada más que argumentar. La verdad era que, efectivamente, había dado la orden de matar a Cole antes de saber que era el Espectro de las Llamas.
Ni Elliana ni Cole eran personas que se dejaran manipular. Por primera vez, Maxine no sabía cómo manejar la situación.
—¿No hay forma de que podamos hablar y llegar a un acuerdo? —preguntó Maxine, adoptando un tono más suave. Fijó la mirada en Elliana—. Si me dejas criar a tu hija y prometes no oponerte a la familia Griffiths, te revelaré todo lo que sé sobre el pasado de tu madre.
Volviéndose hacia Cole, añadió: «Y tú. Serías libre de llevarte a tu madre y a tu abuela contigo. Eso es lo que estoy dispuesta a ofrecer».
Elliana y Cole se miraron a los ojos, sopesando en silencio la propuesta antes de volver a mirar a Maxine. Su oferta era tentadora. Elliana ansiaba descubrir la verdad sobre su madre y Cole estaba desesperado por salvar a su familia. Aun así, su hija era intocable; ningún trato en el mundo podría hacerles entregarla.
«Por supuesto que no», respondió Elliana, con palabras tajantes e inflexibles. «Vas a contarme lo de mi madre y vas a devolverme a mi hija. Me niego a elegir entre las dos cosas».
Maxine miró a Elliana con impaciencia. —Eres aún más testaruda que tu madre. Quererlo todo… ¿no te parece un poco codicioso?
Una chispa de ira brilló en los ojos de Elliana. —¿Codiciosa? ¿Así lo llamas? ¿O solo estás proyectando tu propia locura? Me quitaste a mi madre antes y, no hace mucho, me quitaste a mi hija. ¡Todo este caos es culpa tuya!
Se detuvo un instante y su voz se volvió afilada como una navaja. —Dime, Maxine, ¿robar los hijos de otras personas es una especie de obsesión para ti? Si deseas tanto tener un hijo, ¿por qué no tienes uno propio en lugar de destruir otras familias?
Descúbrelo ahora en ɴσνєℓα𝓼𝟜ƒα𝓷.ç𝓸m para más emoción
Maxine sintió que esas palabras la golpeaban con la fuerza de una bofetada. El dolor de no tener hijos era su herida más profunda y supurante, una pena que la había acompañado toda la vida y que solo se había agravado con la edad. Había pasado toda su vida amando a Cameron y resentida con él en igual medida. Él se había llevado su devoción, la había dejado vacía y luego había encontrado la felicidad en otra parte, formando una familia mientras ella se aferraba a los recuerdos de un amor que nunca le había pertenecido realmente.
Al ver a Elliana y Cole, tan unidos, tan protectores con su hijo, Maxine sintió que la vieja amargura se agitaba en su interior. Esa era la vida que siempre había anhelado: casarse con el hombre que amaba, criar a un hijo fruto de esa unión y formar una verdadera familia. Pero siempre había estado fuera de su alcance.
El destino no le había tenido piedad. Había perdido al hombre que amaba y los hijos que había criado se habían vuelto contra ella uno tras otro. Ahora, a punto de cumplir ochenta años, se encontraba completamente sola. Todo ese dolor se convirtió en una envidia cruel, rompiendo algo en lo más profundo de su ser.
.
.
.