Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 1185
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Capítulo 1185:
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«¿Qué información te dio Quentin sobre mamá?».
«El frasco de sangre que recibimos fue extraído de mamá por Miguel hace diez años…», dijo Milton, repitiendo todo lo que Quentin había revelado.
Una década antes, Miguel finalmente había capturado a Rita. La había mantenido encerrada, con la esperanza de que el tiempo ablandara su corazón, que olvidara a Arthur, aceptara casarse con él, tuviera hijos suyos y permaneciera a su lado para siempre.
Pero la voluntad de Rita había sido más fuerte que su obsesión. Ella lo había rechazado una y otra vez, y cuando se le presentó la oportunidad, escapó.
El vídeo de Rita saltando al mar no era un truco. Era su último recurso, su única vía de escape cuando los hombres de Miguel la acorralaron sin dejarle ningún lugar al que huir.
Después de que Rita desapareciera bajo las olas, Miguel había lanzado una búsqueda desesperada que se prolongó durante días. Sin embargo, nunca se encontró rastro alguno de ella. Nadie sabía si Rita se había ahogado o si de alguna manera había sobrevivido. Su destino quedó envuelto en el misterio.
Cuando Milton terminó, Elliana apretó los puños. Un dolor agudo le oprimía el pecho. Durante años había buscado a su madre, persiguiendo cada pista como un susurro en el viento. Justo cuando pensaba que estaba cerca, tras descubrir los secretos de Miguel y Maxine, el rastro había vuelto a desaparecer. ¿Dónde más podía buscar? ¿Realmente había muerto su madre aquella noche en el mar?
Si su madre había muerto realmente entonces, Elliana sabía que el dolor perduraría para siempre. La felicidad siempre se sentiría incompleta, perseguida por la imagen de su madre cayendo entre las olas.
Los ojos de Arthur se enrojecieron. Él también había pasado años buscando a Rita, negándose a perder la esperanza de que su familia pudiera volver a estar completa. Aceptar su muerte era algo que nunca podría hacer.
Milton, tragándose su propia tristeza, tomó la mano de Elliana. «Elliana, necesitas descansar. No dejes que esto te derrumbe. Creo que mamá sigue viva, y la encontraremos».
Elliana se enderezó, con determinación. «Tienes razón. Yo también creo que está viva. Debe de estar esperando a que la llevemos a casa».
El corazón de Arthur se llenó de emoción ante su determinación. Colocó su mano sobre las de ellos, con la mirada fija. «Yo también lo creo. La encontraremos y nuestra familia volverá a estar unida».
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Cole permaneció en silencio, aunque sus ojos brillaban de emoción. Estaba igual de decidido: traer a su madre y a su hija a casa, para que su familia volviera a estar completa.
Durante las dos semanas siguientes, ante la insistencia de Cole, Elliana permaneció en cama para recuperarse.
Pero la paciencia nunca había sido su fuerte. Una mañana, cuando Cole no la vigilaba, salió silenciosamente de la residencia de los Evans y se dirigió sola a la finca de los Hudson. Aún no tenía fuerzas suficientes para enfrentarse a Maxine y recuperar a su hija, pero estaba decidida a conocer a Rosemarie y averiguar más cosas sobre Quentin.
Cuando Elliana llegó a la finca de los Hudson, fue recibida por voces elevadas. Raylan y Paige estaban cerca de la verja, enzarzados en una acalorada discusión.
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