Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 1139
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Capítulo 1139:
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Elliana le apretó la mano, con la mirada fija. «Sé que lo harás. Y yo haré todo lo posible por aguantar hasta que regreses, para que ninguno de nosotros tenga nada que lamentar».
No había tiempo que perder. Impulsado por la insistencia de Elliana, Cole comenzó a prepararse para el viaje a Podgend. Aun así, la preocupación lo carcomía. A pesar de que había tanta gente protegiéndola, la inquietud no desaparecía. En secreto, mandó llamar a Jason.
Cuando Jason llegó, Cole le explicó todo con voz baja y firme. «Este viaje a Podgend es peligroso y no sé cuándo volveré. Estoy seguro de que Maxine atacará cuando Elliana dé a luz, y Miguel podría verlo como su momento de venganza. Cuento contigo para proteger a Elliana».
Los ojos de Jason se endurecieron. «No te preocupes», dijo con voz ronca. «Protegeré a Elliana y a los bebés con mi vida. Mientras respire, nadie les tocará». Era una promesa pronunciada como el filo de una espada: absoluta y definitiva.
Agradecido, Cole agarró a Jason por el hombro y luego se volvió hacia Paulina. —Tú también. Confío en que cuidarás bien de Elliana.
A pesar de haber organizado una protección completa para Elliana, la idea de dejarla le pesaba mucho a Cole. Sentía un nudo en el pecho por un temor que no podía sacudirse. Paulina lo miró a los ojos, con una expresión feroz de determinación. «Tienes mi palabra. Mientras yo viva, nada le pasará a ella ni a los bebés».
Cole asintió con la cabeza en señal de agradecimiento. Revisó dos veces todos los planes, delegó todas las tareas y dio las últimas instrucciones hasta que no quedó nada por hacer. Solo entonces subió a su jet privado.
Sabiendo lo que le esperaba en Podgend, no fue solo. Myles, Aron y Hugh lo acompañaron, junto con un escuadrón de élite de Blaze Wildfire. Eran su escudo y su espada.
En cuanto Cole se marchó, Elliana sintió que el lugar se quedaba vacío. La calidez que él transmitía se desvaneció, dejando tras de sí un vacío y una quietud. Aunque estaba rodeada de gente, sentía el frío de su ausencia calarle hondo en el pecho. Durante meses, Cole había sido su compañero inseparable: compartía sus comidas, la abrazaba por las noches y nunca se alejaba de su lado. Ahora, sin él, el silencio le resultaba insoportable.
La otrora intrépida Death Thorn, que había comandado Delta con mano de hierro, ahora se encontraba añorando a su marido tras apenas unos instantes de separación.
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Pero ese anhelo pronto se convirtió en algo más oscuro: un temor inquietante. Un escalofrío se apoderó de su corazón, susurrándole peligro. Sentía como si algo monstruoso estuviera esperando justo fuera de su vista, con las fauces abiertas, listo para atacar.
Aunque Cole era el temible Blaze Wraith, un nombre que inspiraba respeto y temor en todo Delta, Elliana no podía dejar de preocuparse por él.
Sophie llevaba quince años desaparecida sin dejar rastro, y ahora reaparecía, justo cuando Elliana estaba a punto de dar a luz. A Elliana le parecía demasiado perfecto para ser una coincidencia. Alguien tenía que estar moviendo los hilos.
En Podgend, cuando Elliana y Cole encontraron a Víctor, había figuras ocultas acechando en las sombras, observando a Víctor desde lejos. Elliana no podía quitarse de la cabeza la idea de que Serpent Fang, el grupo que se había llevado a Sophie, estuviera entre ellos. Y ahora este repentino secuestro de Sophie, que ocurría justo cuando ella estaba a punto de dar a luz… ¿Podría ser todo una trampa para alejar a Cole de su lado? Todo parecía estar conectado, como un peligroso rompecabezas con piezas envueltas en secretos. Pero, por ahora, no podía hacer nada más que concentrarse en mantener la calma y proteger a sus bebés.
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