Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 112
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Capítulo 112:
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Kiara intentó desesperadamente alcanzar a Merritt cuando una repentina sensación de frío la invadió. Levantó la vista y descubrió la mirada asesina de Darin clavada en ella.
Kiara retrocedió instintivamente, asustada. Se había pavoneado con confianza bajo la influencia protectora de Merritt, haciendo alarde de su ventaja sobre Darin. Pero con el colapso de las aspiraciones artísticas de Paige y la repentina desaparición de Merritt, su poder se había evaporado por completo. Si Merritt la abandonaba definitivamente, su existencia en la casa de los Jones se convertiría en un tormento insoportable.
—Darin… —Kiara esbozó una débil sonrisa, intentando desesperadamente calmar los ánimos.
Darin no se apaciguó. Se abalanzó sobre ella, con la rabia brotando por todos los poros, y golpeó el rostro de Kiara con una fuerza devastadora.
—¡Ah! —Kiara trastabilló hacia atrás, desorientada, mientras gotas carmesí brotaban de su labio partido.
—¡Serpiente manipuladora! —gruñó Darin con los dientes apretados—. ¡No te engañes pensando que no veo tu sórdida relación y tus maquinaciones con Merritt!
La furia consumía por completo a Darin—. He tolerado tu presencia únicamente porque convenciste a Merritt de que impulsara la carrera profesional de Paige. Ahora que todo se ha desmoronado de forma espectacular, ¿sigues pavoneándote con un privilegio que no te has ganado?
—Yo… yo no… —Kiara titubeó, acariciándose la mejilla ardiente. Su voz temblaba mientras intentaba calmarlo—. Darin, por favor, cálmate. Seguiré intentando contactar con Merritt. Él arreglará esta situación, te lo prometo.
Él replicó: —Merritt solo ha jugado contigo. Al amanecer, la prensa sensacionalista destrozará a nuestra familia sin piedad. Está ignorando deliberadamente tus llamadas porque ha abandonado este desastre. ¡Evita la controversia a toda costa!».
Kiara bajó la mirada abatida. En el fondo, reconocía que la valoración de Darin era acertada. Merritt anteponía su supervivencia a todo lo demás. Cuando las empresas fracasaban, desaparecía sin dudarlo.
Darin miró a Kiara con desprecio antes de volver a golpearla, y el impacto resonó en toda la habitación.
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La actitud arrogante de Kiara, alimentada por la influencia de Merritt, había atormentado a Darin sin descanso. En ese momento, Darin se negó a contenerse por más tiempo, desesperado por expulsar el resentimiento acumulado durante días.
Consciente de que no tenía más recursos, Kiara no se defendió. Simplemente se protegió el rostro mientras retrocedía, con lágrimas corriendo sin control por sus mejillas. —Darin, te lo ruego, contrólate…
Sin embargo, su rabia apenas había comenzado a aflorar, alimentada por agravios reprimidos durante mucho tiempo. —¡Has destruido sistemáticamente todo lo que valía la pena! —estalló—. Te advertí sobre la inteligencia de Elliana, que me recuerda a la propia Rita. ¡Pero tú simplemente descartaste a Elliana por considerarla insignificante y envenenaste mi perspectiva hacia ella! ¡Mira las consecuencias! ¡Elliana se ha convertido en una diseñadora de renombre internacional sin que nosotros lo supiéramos! Sus contactos podrían haber elevado el Grupo Jones a cotas inimaginables. Gracias a tu interferencia, la comunicación entre nosotros es prácticamente inexistente. ¿Cómo vamos a sacar partido de su éxito ahora?».
Hirviendo de ira incontrolada, Darin dio una violenta patada a Kiara, que cayó al suelo. «¡Has contaminado todas las oportunidades potenciales!».
Kiara se derrumbó dolorida. Al mirar a Darin, vio que se preparaba para seguir golpeándola. Desesperada, se incorporó y se enfrentó a él con desesperación. «¡Darin, afronta la realidad! ¿Tu relación rota con Elliana es culpa mía?».
Darin se detuvo en seco.
Kiara lo miró con una sonrisa retorcida y sarcástica en los labios magullados. «Deja de echarme toda la culpa, Darin. ¡Tu daño psicológico es mucho más profundo! Elliana es la hija de la mujer que adorabas, pero no es tuya biológicamente. Albergas resentimiento porque Rita te rechazó y celos hacia el padre biológico de Elliana. Siempre has resentido la mera existencia de Elliana, lo que explica por qué permitiste que yo la maltratara, ¿no es así?».
Los labios apretados de Darin delataron su inquietud tácita.
Kiara soltó una risa hueca y inquietante. —A pesar de tu profunda devoción por Rita, ella eligió a otro. Elliana brilla con luz propia, pero no comparte tu ADN. Yo te di dos hijos, por imperfectos que sean. ¿Qué justificación tienes para tratarme con tanto desprecio?
—Mamá, ¿qué acabas de decir? —Paige se levantó de un salto, con la voz temblorosa por la incredulidad—. ¿Elliana no es la hija biológica de papá? Entonces, ¿de quién es?».
El horror palideció los rasgos de Kiara al darse cuenta de su catastrófica revelación.
Darin había guardado celosamente el secreto sobre la filiación de Elliana, advirtiendo repetidamente a Kiara que no lo revelara. Sin embargo, la furia ciega había soltado la lengua de Kiara. Afortunadamente, solo Paige había sido testigo de esta revelación. Sin embargo, Darin estalló con renovada ferocidad, como si Kiara hubiera reabierto deliberadamente una profunda herida emocional.
—¡Bruja! —rugía Darin, propinándole otra vez una patada brutal a Kiara. Luego salió furioso, abandonándola en el suelo, hecha un ovillo.
Paige corrió a ayudar a Kiara. —Mamá, ¿qué está pasando? Cuéntamelo todo.
El rostro de Kiara se había hinchado dramáticamente. Exhalaba con dolor. —Solo he podido recabar fragmentos de lo que Darin ha dicho en momentos de embriaguez. No consigo reconstruir la historia completa. Pero evita mencionar este tema. Le provoca una sensibilidad extraordinaria.
—De acuerdo —murmuró Paige, asintiendo con vacilación.
Mientras tanto, la tensión impregnaba el ambiente en la finca de la familia Hudson. Lenard reprendía a Raylan sin piedad…
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