Resurgiendo de las cenizas - Capítulo 974
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Capítulo 974:
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En lugar de evadir, ella eligió un camino completamente diferente.
Con audacia, avanzó directamente hacia la zona de peligro.
«¿Se ha vuelto loca?», exclamó un espectador incrédulo. «¿Va a dejar que el puño de ese monstruo la atraviese?».
«¡Eso es un suicidio!».
En cuestión de segundos, toda la multitud se quedó en silencio.
El tiempo pareció detenerse por completo.
El enorme puño de Tyrant quedó suspendido en el aire, a pocos centímetros de impactar, pero incapaz de alcanzar su objetivo.
Raegan volvió a quedarse boquiabierta por la sorpresa.
Desde su posición privilegiada, los movimientos de Maia se difuminaron en imágenes fantasmales. Se había deslizado en la zona de ataque como agua que fluye, con el codo atravesando la guardia de Tyrant mientras se retorcía junto a su puñetazo. Su palma, codo y nudillos golpearon en rápida sucesión, cada golpe encontrando los puntos débiles de su enorme cuerpo con precisión quirúrgica. ¡Smack! ¡Smack! ¡Smack!
Los agudos sonidos del impacto resonaron con claridad cristalina en el atónito estadio.
Todo sucedió tan rápido que la mitad del público se lo perdió por completo. Los que vieron la secuencia se quedaron paralizados por la sorpresa, reflejando la expresión de Raegan.
«¿Qué estilo de lucha era ese? No se parecía en nada a sus técnicas anteriores».
«¿Parecía casi un arte marcial antiguo?».
«¡Dios mío, una combinación de triple contraataque! Maia acaba de lograr lo imposible. Realmente pensé que Tyrant estaba a punto de acabar con su vida».
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El propio Tyrant se quedó aturdido por el rápido ataque, tambaleándose como un hombre atrapado entre la conciencia y el olvido.
Su confusión duró solo unos instantes.
La lucidez volvió a sus ojos cuando volvió a centrarse en Maia.
Sin embargo, antes de que nadie pudiera procesar lo que estaba sucediendo, Maia echó hacia atrás los puños y lanzó una devastadora patada circular.
Generó potencia desde su núcleo, desatando una fuerza explosiva cuando su pie conectó con las costillas de Tyrant.
¡Boom! Todo el ring tembló por el impacto.
El imponente cuerpo de Tyrant salió volando por los aires, lanzado de lado a través de la arena antes de estrellarse contra la pared más lejana y caer en un montón.
Maia permaneció inmóvil en su sitio, con la mirada gélida fija en la figura encogida, mientras su voz rompía el silencio como el acero. «Esa patada era por mi hermano y Marisa».
Sus ojos recorrieron la arena, buscando a quienquiera que hubiera orquestado esta pesadilla. «No me importa quién mueva los hilos. ¡Dejad en paz a mi familia y a mis amigos!». La advertencia de Maia resonó con intención asesina.
El ambiente de la arena subterránea se volvió gélido en un instante.
Todos los espectadores se quedaron paralizados, sin atreverse apenas a respirar.
Todas las miradas permanecieron fijas en la figura feroz pero elegante que dominaba el ring, como si estuvieran presenciando algo increíble.
¡Maia era absolutamente increíble!
Ese movimiento final parecía sacado de una película de acción, no de la vida real.
Tras varios momentos de tensión, un sonido de tos húmeda rompió el silencio desde el borde del estadio. «Ejem… Ejem…».
Tyrant yacía desplomado contra la pared, con los ojos enrojecidos mientras violentas toses sacudían su cuerpo y la sangre salpicaba sus labios.
Intentó levantarse, pero ni siquiera conseguía poner las rodillas debajo de él. Esta vez, el «rey sin corona» del ring de boxeo clandestino realmente no podía volver a levantarse.
El silencio volvió a reinar mientras todos contenían la respiración, demasiado atónitos para pronunciar una sola palabra.
Raegan se quedó completamente sin palabras.
Tyrant había desatado todo su poder sin restricciones, pero su ataque definitivo había sido neutralizado así, sin más.
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