Resurgiendo de las cenizas - Capítulo 935
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Capítulo 936
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Los labios de Kiley se curvaron en una pequeña sonrisa cómplice. «No lo he olvidado… Maia tiene un hermano, ¿verdad?».
Se inclinó, acercó la boca al oído de Raegan y le reveló en voz baja su plan. Por un instante, los ojos de Raegan se abrieron con sorpresa. Luego asintió con la cabeza, dando una respuesta clara. «Considéralo hecho. Déjame el resto a mí».
En la villa Cooper, la tensión se apoderó de las paredes del estudio, como si toda la habitación contuviera la respiración. Detrás de su enorme escritorio, Kolton tenía la atención fija en su teléfono, con los ojos fríos como el hielo escaneando los titulares. Cada nuevo titular aumentaba la presión, cada uno más impactante que el anterior:
«¡El heredero del Grupo Cooper sorprende a todos al golpear a su propia hermana y perder el control sobre Maia Watson!».
«La relación de Maia Watson con el heredero de la familia Cooper salió a la luz durante su matrimonio: ¡se descubren sus aventuras amorosas!».
«¡El ataque con cuchillo de Mariana Cooper a Maia Watson creó el caos y provocó el frenesí del público!».
A Kolton le temblaba el párpado mientras leía. Apretaba el teléfono con más fuerza con cada titular y la tristeza de su rostro se hacía más profunda. Maia solo llevaba dos días de vuelta y ya había vuelto a arrastrar al Grupo Cooper a la tormenta del escándalo público.
Un fuerte golpe resonó cuando Kolton golpeó la mesa con el puño. La fuerza repentina hizo que la taza traqueteara y la tapa se deslizara cerca del borde. Nada le dolía más que esos titulares humillantes. Había dedicado años de esfuerzo a moldear la imagen pública de su heredero, solo para que todo ese trabajo se convirtiera en el chiste de la ciudad.
El enamoramiento de Claudius por Maia inquietaba a Kolton. A sus ojos, ella representaba un peligro real para el Grupo Cooper. Ahora, justo cuando Kiley había regresado para arreglar el desastre, había estallado otro incidente. Kolton ni siquiera había considerado que las cosas pudieran empeorar tan rápidamente.
La pérdida progresiva de autoridad le carcomía; se enorgullecía de tener siempre la sartén por el mango. Hizo una pausa, respiró hondo e intentó calmarse.
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Fue entonces cuando el vídeo apareció en la pantalla. Las imágenes mostraban a Claudius abofeteando a Mariana ante la mirada de todos y luego interviniendo para defender a Maia.
Mariana se derrumbó ante la multitud y su voz se quebró al enfrentarse a Claudius. «¿Cómo puedes pedirme que me humille ante alguien que ni siquiera es de la familia? ¡Ya no eres el mismo hermano! ¿Qué tiene Maia que te ha vuelto loco? ¿Tu obsesión es tan profunda que nos sacrificarías por ella? ¡Eres repugnante! ¿Has olvidado que Maia está casada?».
Cada palabra de esa grabación destrozó la reputación del Grupo Cooper, dejando a Kolton con un sentimiento de vacío y traición por parte de su propio hijo. Se sentía atrapado en una pesadilla despierto. Un temblor recorrió su cuerpo y un sudor frío le resbaló por la cara. La vergüenza que le causaba Claudius le abrumaba.
Maia no perdió la compostura en ningún momento; su voz fue firme y clara de principio a fin. Kolton siempre había tenido una mala opinión de Chris, pero incluso él apareció, le arrebató el cuchillo a Mariana y protegió a Maia con todo el valor de un guardián leal.
«¡Increíble!». La rabia deformó los rasgos de Kolton. Apretó la mandíbula y se le pusieron blancos los nudillos.
«Perfecto. Simplemente perfecto», murmuró en un susurro áspero. «Todos ustedes quieren arruinar el nombre de los Cooper. Quizás he sido demasiado indulgente con ustedes todo este tiempo». Furioso, Kolton agarró su teléfono y marcó el número de Claudius.
La llamada apenas sonó antes de conectarse.
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