Resurgiendo de las cenizas - Capítulo 929
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 930
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
La emoción se le atragantó en la garganta mientras gritaba, apenas conteniéndose. «¡Soy tu propia hermana, Claudius! ¿Cómo puedes pedirme que me humille ante alguien que ni siquiera es de la familia? ¿Y has olvidado cómo nos humilló a mí, a Melanie y a toda la familia Cooper?».
La ira y la traición ardían en su mirada, cada queja dirigida directamente a Claudius.
«¡Ya no eres el mismo hermano!», exclamó Mariana con voz quebrada, a punto de perder el control. «¿Qué tiene Maia que te ha trastornado tanto? ¿Tu obsesión es tan profunda que nos sacrificarías por ella? ¡Eres repugnante! Nunca he…».
«¡Ya basta!». La expresión de Claudio se endureció. Su voz resonó en la habitación y levantó la mano en señal de advertencia.
¡Smack! El sonido de la bofetada resonó, rompiendo el aire. Mariana se quedó allí, aturdida e inmóvil.
Lentamente, se llevó los dedos temblorosos a la mejilla ardiente, donde comenzaba a aparecer una marca roja. «Me has pegado. ¿Por ella, por una mujer como Maia?».
Cada palabra temblaba de incredulidad, y las lágrimas brotaban de sus ojos mientras su compostura finalmente se derrumbaba. Las lágrimas corrían silenciosamente por las mejillas de Mariana, dejándola con un aspecto desgarradoramente frágil.
Claudio, perdiendo finalmente la compostura, dejó que la frustración se desbordara de sus labios. «Mírate. ¿De verdad quieres que la gente te vea así?». Su voz estaba teñida de una irritación que nunca antes había mostrado. «No es el momento ni el lugar para montar una escena. ¡Si sigues actuando así, arrastrarás a toda la familia Cooper por el barro!».
Con una risa aguda, casi burlona, Mariana replicó: «¿En serio? ¿Y por qué me importa eso?».
Levantando la barbilla desafiante, lanzó una mirada furiosa a Maia y Claudius, y el dolor de la bofetada la hizo reaccionar. «¿Y vosotros, exhibiéndoos así en público? Si a vosotros no os importa en absoluto la reputación de la familia, ¿por qué debería importarme a mí? ¿Habéis olvidado que Maia está casada? Y que estaba tan involucrada con Vince que…».
¡Él estaba dispuesto a morir sin ella! ¿No leísteis los titulares de ayer? ¿Qué podría haceros elegirla a ella en lugar de a vuestra propia familia? ¿Qué hace que merezca la pena volverse contra mí?».
Encuentra más en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒαɴ.c♡𝗺 que te atrapará
Cada acusación le golpeaba con fuerza, sin dejar a Claudio espacio para responder. La cordura se le escapó de nuevo de las manos y su voz se elevó en un grito desgarrador y salvaje.
«¡Gracias a ella, no puedo pintar nada durante cinco años!».
La angustia cruda de su grito provocó una oleada de susurros entre la multitud.
«¿No es esa Maia Watson? La famosa… ¿Y no es ese Claudius Cooper, el heredero del Grupo Cooper?».
«¿No está Maia casada? ¿Qué hace en público con Claudius de esta manera?».
«¿Y qué quería decir Mariana con eso de que no le permiten pintar durante cinco años?».
Los susurros se intensificaron a medida que más y más invitados reconocían al trío —Maia, Claudius y Mariana— y algunos curiosos comenzaron a grabar en silencio la acalorada escena con sus teléfonos. No pasó mucho tiempo antes de que alguien subiera una foto a Twitter, capturando el enfrentamiento en pleno apogeo.
«Estalla el escándalo: Maia, que está casada, es sorprendida con Claudio y se desata el drama con su hermana Mariana».
En cuestión de minutos, el nombre de Maia se disparó en las listas de tendencias, la caótica escena atrajo innumerables miradas y alimentó una avalancha de especulaciones.
Mientras tanto, la expresión de Claudio se volvió pétrea al darse cuenta de la atención que habían atraído. Su mirada fulminante recorrió a la multitud. «Guarden sus teléfonos», ordenó con voz gélida. Empujando a los espectadores que se habían congregado, agarró a Mariana del brazo, decidido a alejarla del caos.
.
.
.