Resurgiendo de las cenizas - Capítulo 896
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 897
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
«Sí». Kiley se acercó por detrás, sin prisa. Se inclinó suavemente, rodeó con los brazos la cintura de Raegan y apoyó ligeramente la barbilla en su hombro. Su voz adquirió un tono lento y juguetón mientras murmuraba: «¿Qué me dices? ¿Quieres venir conmigo?».
Los músculos de Raegan se tensaron por un momento, especialmente cuando sintió el suave calor del aliento de Kiley cerca de su oído.
Antes de que tuviera oportunidad de responder, Kiley volvió a hablar. «He estado pensando en contratarte como asistente personal de mi director general. ¿Qué te parece?». Las palabras sonaron ligeras, pero había un peso inconfundible detrás de ellas. Parecía más una orden velada que una sugerencia.
Raegan se movió y giró la cabeza para mirar a Kiley a los ojos. El título del puesto no tenía mucho valor en sí mismo. Pero ¿tener acceso al Grupo Cooper desde dentro? Era la oportunidad perfecta para indagar más… Sus pensamientos divagaron en silencio.
Raegan reunió sus pensamientos en un santiamén y luego respondió a la propuesta de Kiley: «Sea lo que sea, me apunto, siempre y cuando eso signifique que puedo ayudarte».
«¿Apoyarme?», Kiley soltó una risa silenciosa, y su aliento acarició la oreja de Raegan como una brisa.
Raegan bajó la mirada, con un extraño destello bailando detrás de sus ojos.
Antes de seguir adelante, tenía que resolver rápidamente los asuntos en Otruitho y obtener la aprobación de su superior.
Sus pensamientos se dispararon en todas direcciones, sopesando lo que había que hacer. Mientras su mente estaba en otra parte, la pillaron desprevenida: Kiley la empujó de repente sobre la cama.
El mullido colchón las absorbió a ambas, hundiéndose ligeramente bajo su peso. Kiley se incorporó un poco y miró a Raegan con una mirada traviesa pero inquisitiva.
«Sin duda podrías serme de ayuda», murmuró suavemente, acariciando con delicadeza la mejilla de Raegan con los dedos.
Historias completas solo en ɴσνєℓα𝓼4ƒ𝒶𝓷.c○𝓂 para fans reales
La habitación se sumió en un profundo silencio.
Raegan se quedó quieta, mirándola en silencio, con un destello de duda cruzando sus ojos.
Kiley se acercó, con tono tierno. «Siempre has sido tan fiable, me has transmitido una sensación de calma».
Sus dedos trazaron un lento recorrido por la mejilla de Raegan. Si Raegan pudiera quedarse así para siempre… todo sería perfecto. Los ojos de Raegan mostraban un atisbo de nerviosismo mientras se recordaba a sí misma que todo esto formaba parte del plan.
Pero, de repente, Kiley se levantó y cubrió a Raegan con una manta. Se dirigió lentamente al sofá, apagó la lámpara de pie y miró atrás con una sonrisa. «Mañana a primera hora nos vamos a Wront. Mariana ya ha reservado los billetes. Es tarde, descansa», dijo Kiley mientras se dirigía hacia la puerta. «Tengo algunas cosas que resolver».
Al mismo tiempo, Melanie acababa de llegar a casa y vio a Hurst sentado en el sofá. Corrió hacia él con los ojos brillantes de emoción. «Papá, ¿has visto las noticias hoy? ¡Maia estuvo increíble!».
La expectación brillaba en los ojos de Melanie mientras observaba a Hurst, esperando su reacción ante todo lo que había sucedido.
En lugar de responder de inmediato, Hurst esbozó una leve sonrisa y le mostró su teléfono para que ella pudiera verlo. Los titulares sobre Maia, que brillaban en la pantalla, llamaron su atención.
«Por supuesto que ya lo he oído», dijo Hurst con voz tranquila. «Sinceramente, no hay casi nadie en Wront que se haya perdido la noticia a estas alturas».
.
.
.