Resurgiendo de las cenizas - Capítulo 870
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 871
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
«Me has acorralado, Maia. ¿No lo ves? No tengo adónde ir. La vida no tiene sentido sin ti. Dime que te casarás conmigo, aquí y ahora, y escucharé todo lo que quieras… Lo juro».
Maia se quedó en silencio, frunciendo el ceño mientras la inquietud nublaba su rostro. En ese momento, nada parecía más volátil que el propio Vince, un barril de pólvora humano listo para explotar a la menor chispa.
Su respiración era rápida y entrecortada, y su pecho subía y bajaba como una tormenta a punto de estallar. Entonces, con un grito repentino, su súplica rasgó el aire, salvaje y desesperada.
«¡Maia! ¿Quieres casarte conmigo?».
Las palabras tenían una fuerza tal que todos se volvieron, atrayendo aún más miradas hacia ellos.
La emoción se extendió entre los espectadores que no se habían dado cuenta hasta entonces. Varios se acercaron corriendo, gritando:
«¡Rápido, venid a ver! ¡Hay una propuesta de matrimonio!».
Los teléfonos y las cámaras se dispararon al instante, grabando, fotografiando, transmitiendo… La multitud capturó cada segundo con frenesí. En cuestión de segundos, los enlaces de la transmisión en vivo inundaron las redes sociales y los titulares se dispararon en las listas de tendencias: Vince le pide matrimonio a Maia.
Pero la verdad, la amenaza oculta bajo su chaqueta, seguía siendo invisible para todos excepto para Maia y Chris, incluso cuando la creciente audiencia no hacía más que reforzar la ventaja de Vince.
La tensión se apoderó de todos, los nervios se tensaron hasta el límite. Un movimiento en falso y todo podría desmoronarse.
¿Vince seguía aferrado a la cordura o ya había cruzado el límite hacia la locura? Maia no sabía qué pensar. Su única esperanza era mantenerlo hablando, ganar tiempo, buscar cualquier atisbo de cordura que le quedara.
Detrás de ella, Chris se mantenía alerta, con todos los sentidos en máxima tensión. Una mirada a esos detonadores ocultos le bastó para comprenderlo: no era un farol. Vince era mucho más peligroso de lo que sus peores sospechas le habían permitido imaginar.
Encuentra más en ɴσνєℓα𝓼𝟜ƒα𝓷.𝓬𝓸𝓂 con contenido nuevo
Cuando Maia dio un paso adelante, atrayendo la atención de Vince, Chris aprovechó el momento para sacar su teléfono del bolsillo. Lo silenció, marcó el número de Maxwell de memoria y lo mantuvo cerca, con la mente ya calculando su única oportunidad.
Nadie en la multitud, ni siquiera Vince, sospechaba nada. La llamada se conectó en perfecto silencio, con Maxwell al otro lado captando cada sonido cercano.
Dentro de su coche, Maxwell miró el identificador de llamadas y pulsó sin dudar su auricular Bluetooth.
«Chris, ¿acabas de aterrizar hace unas horas y ya me estás llamando? ¿No deberías estar pasando tiempo con Maia?». Su tono tenía la arrogancia habitual, con una sonrisa en los labios.
Chris acababa de regresar y su nombre ya iluminaba el teléfono de Maxwell. Las llamadas como esa no eran habituales, lo que demostraba lo mucho que Chris valoraba su amistad. Por un instante, el orgullo se reflejó en el rostro de Maxwell.
Pero, a medida que el silencio se prolongaba, la inquietud se apoderó de él.
Algo iba mal.
.
.
.