Resurgiendo de las cenizas - Capítulo 851
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 852
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
La noche se tragó el mundo exterior.
El trueno retumbaba en la distancia y la lluvia torrencial golpeaba las ventanas con golpes secos y claros.
Maia abrió la puerta de la habitación de Chris en el hospital. En el interior, reinaba una paz tranquila.
Se acercó a él, se sentó en una silla y extendió la mano hacia Chris.
La piel de Chris estaba caliente, pero no daba señales de despertarse, perdido en un sueño que parecía imposiblemente profundo.
Maia lo observó durante un largo rato y luego susurró, casi en un susurro: «Chris, prométeme que volverás conmigo…».
Un repentino relámpago iluminó el cielo.
Por un segundo, los dedos de Chris se movieron, un pequeño temblor, casi como si le estuviera respondiendo.
Esa noche, Maia se lo explicó todo a Alice y le pidió un poco de paz y tranquilidad durante los próximos días.
El primer instinto de Alice fue animarla. «Maia, los artistas de todo Otrultho te están esperando. ¡Eres toda una sensación! ¡Esta es tu oportunidad, no la dejes escapar!».
Aun así, Maia solo negó suavemente con la cabeza. «Habrá más oportunidades en el futuro. Ahora mismo, hay otras cosas mucho más importantes».
Tras un breve silencio, Alice cedió. En los días siguientes, se aseguró de que Maia no recibiera molestias y rechazó todas las invitaciones que le llegaron.
En la habitación del hospital, Maia permanecía constantemente al lado de la cama de Chris. Todas las sábanas estaban impecables y blancas, y el único sonido era el pulso constante de las máquinas de monitorización.
Se negaba a marcharse y hablaba con Chris, que estaba inconsciente, como si sus palabras pudieran mantenerlo cerca.
«No puedes quedarte ahí tumbado para siempre. Sin tu voz molestándome, todo está demasiado tranquilo», le susurró, con el rostro marcado por el cansancio.
Últimos lanzamientos en ɴσνєʟα𝓼4ƒ𝒶𝓷.𝒸o𝓂
Maia no había pegado ojo desde que Chris entró en coma. Se quedaba allí todo el día y velaba toda la noche, sin apartarse nunca de su lado. Lenny intentó más de una vez que descansara, pero Maia no cedió, convencida de que, si se ausentaba aunque fuera un momento, Chris podría no volver a abrir los ojos.
«Ya han pasado dos días», murmuró, apoyando la barbilla en la mano. «Si no despiertas pronto, quizá tenga que buscar a otra persona».
Su voz se quebró un poco, pero logró esbozar una sonrisa cansada mientras se burlaba de él.
Mientras miraba a Chris, sus palabras se volvieron más suaves. «Eres imposible… ¿Quién se desmaya y se queda dormido durante dos días seguidos? Abre los ojos por mí».
Los minutos pasaban uno tras otro. Otro día más había terminado y Chris seguía en silencio e inmóvil.
Después de pasar dos días hablando sin parar al inconsciente Chris, a Maia le ardía la garganta. Lo único que podía hacer era inclinarse hacia él, tomar suavemente su mano entre las suyas y susurrarle: «¿Cuánto tiempo más piensas dormir? Hace mucho que no me llamas «cariño»».
Cuando su voz se desvaneció, un sonido bajo y familiar llegó a sus oídos.
«Cariño…».
Maia se quedó completamente inmóvil.
.
.
.