Resurgiendo de las cenizas - Capítulo 795
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Capítulo 795
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Todo ello vivía en ese lienzo.
El pájaro que había caído era la mujer que ella había sido. ¿Y el fénix que se alzaba? Esa era ella.
En ese momento, mucha gente comenzó a apoyar a Mariana, convencida de que su razonamiento tenía mucho sentido.
«Estoy de acuerdo con la señorita Cooper. ¿Esa mujer? No es más que una diseñadora de moda con antecedentes penales, y se atreve a presentarse como Matias. El arte no consiste en hacer afirmaciones audaces, sino en tener el talento necesario para respaldarlas».
«Lo que dice Maia me parece falso. Incluso el artista más dotado necesita años para madurar. ¿Cómo podría haber creado algo como Rebirth en solo cuatro años? Es inverosímil. Ni siquiera un tonto se lo creería».
«Hay gente que haría cualquier cosa por alcanzar la fama. Sinceramente, no creo que ella haya pintado esto. Probablemente esté fingiendo toda la identidad de Matias solo para aprovechar el revuelo. Es vergonzoso. ¿Esa firma de «Maia»? Probablemente la garabateó ella misma en el cuadro».
«Ni siquiera debería estar aquí. Alguien como ella no merece ser el centro de atención. ¡Fuera!».
Los insultos volaban desde todas las direcciones, cada uno más agudo que el anterior. Las protestas desesperadas de Alice se vieron ahogadas por la oleada de desprecio que se alzaba en la sala. Todos los ojos estaban fijos en Maia.
Aun así, no se movió. Maia permaneció erguida como una montaña en medio de la tormenta: tranquila, inquebrantable, con la mirada fija.
Entrecerrando los ojos hacia Mariana, dejó que sus labios esbozaran una leve sonrisa. «Dime, ¿qué tipo de prueba te convencería de que soy Matías? ¿O tal vez ya tienes algo en mente?».
Una sombra de vacilación cruzó el rostro de Mariana al resurgir el recuerdo de su humillante derrota en el banquete del Grupo Cooper. Para ella, hoy parecía el momento perfecto para cambiar las tornas.
Tratando de parecer imperturbable, arqueó las cejas con fingido interés, aunque la sonrisa de satisfacción que se dibujó en sus labios la delató. «Si realmente creaste algo como Rebirth, entonces deberías ser mejor que yo. Pinta algo ahora mismo. Si tu obra supera a la mía, admitiré que eres Matias».
Úʟᴛιмαѕ αᴄᴛυαʟιᴢαᴄιoɴᴇѕ ᴇɴ ɴσνєʟαѕ4ƒαɴ
La sala estalló en murmullos. Muchos consideraron justa la propuesta de Mariana y se inclinaron hacia delante con entusiasmo, esperando el enfrentamiento.
Maia, sin embargo, permaneció en silencio, completamente inmóvil.
Su silencio, en ese contexto, se interpretó como vacilación, tal vez incluso como duda. Los susurros se convirtieron rápidamente en burlas.
«¿Lo ves? Está dudando. Sabe que no puede hacerlo».
«Ha venido aquí con nada más que palabras vacías y ahora está atascada. ¿Se da cuenta siquiera de cuántos artistas aclamados hay en esta sala? Se está metiendo de lleno en la humillación».
«Toda esa audacia de antes, y ahora ni siquiera abre la boca. ¿Qué ha pasado con su confianza?».
Más voces se sumaron, y los murmullos crecieron a su alrededor.
De repente, Maia rompió su silencio. Su tono era frío y deliberado. «Mariana, si demuestro que soy Matías, ¿qué pasará con las acusaciones que has lanzado contra mí?».
Mariana soltó una carcajada, rebosante de incredulidad. «¿De verdad crees que tienes alguna posibilidad contra mí, Maia?».
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