Resurgiendo de las cenizas - Capítulo 752
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 752
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Todo su cuerpo le dolía como si lo hubieran destrozado, y el dolor ardiente que sentía abajo le impedía olvidar ni un solo momento.
Durante todas esas horas oscuras, Axell, ese monstruo repulsivo, la había maltratado sin descanso, tratándola como si fuera ganado destinado al matadero.
Ya no era la orgullosa hija de la familia Morgan. Ahora solo era un juguete roto para que otros lo usaran.
Pero se negaba a resignarse a ese destino.
Después de permanecer allí tumbada todo el día, Rosanna finalmente comprendió la verdad. No había vuelta atrás.
Se incorporó lentamente y miró su cuerpo magullado. Eso era todo lo que le quedaba ahora. La realidad la golpeó con fuerza y se abrazó las rodillas, sollozando una vez más.
Ese hombre horrible era ahora su única opción. Tendría que aguantarlo, hacer que le gustara y, de alguna manera, convertirse en su esposa lo antes posible.
Solo entonces podría utilizar el poder de Axell y de la familia Nelson para vengarse de Richard y Sandra por haberla abandonado, y de Maia por haberle robado diecisiete años de su vida.
«Maia, mujer vil. ¡Ya verás lo que te espera!».
La puerta se abrió de golpe con un estruendo.
Axell entró vestido solo con un albornoz, con una expresión de satisfacción en el rostro. La noche anterior había sido muy entretenida. Pero cuando vio las mejillas manchadas de lágrimas de Rosanna, su expresión se agrió con fastidio.
«¿Todavía llorando?».
«¿De qué sirven todas esas lágrimas?».
Rosanna lo miró, luchando contra las náuseas. Se mordió el labio, se secó la cara y preguntó en voz baja: «¿De verdad te casarás conmigo, Axell?».
Axell se detuvo. Para él, ella no había sido más que un pasatiempo nocturno. ¿Casarse? La idea le parecía absurda.
𝓛𝓮𝓮 𝓼𝓲𝓷 𝓵í𝓶𝓲𝓽𝓮𝓼 𝓮𝓷 ɴσνє𝓁𝓪𝓼4ƒ𝒶𝓷.𝒸ø𝗺
Para él, Rosanna era, en el mejor de los casos, otra pareja sexual, un juguete conveniente.
Pero al ver su delicado rostro surcado por las lágrimas, algo se removió en su pecho. Su respiración se volvió más pesada.
«¿Casarme contigo?». Se acercó y se sentó en el borde de la cama. Le cogió la barbilla con los dedos, obligándola a mirarlo, y le sonrió con frialdad. «Todo depende de lo buena que seas conmigo. Hazme feliz y tal vez, solo tal vez, lo considere».
Dicho esto, se inclinó y la empujó contra el colchón una vez más.
Esta vez, Rosanna no opuso resistencia. En cambio, cerró los ojos y levantó lentamente los brazos para abrazarlo, respondiendo a su caricia con una sumisión calculada.
Una lágrima solitaria recorrió silenciosamente su mejilla.
Ahora no le quedaba otro camino.
Si lo que buscaba era venganza, tendría que luchar para salir de esta pesadilla paso a paso, de forma brutal.
El precio no importaba. Los métodos no importaban. Aunque tuviera que sacrificar cada parte de sí misma para conseguirlo, nada más tenía sentido ya.
Si algún día podía destruirlos a todos con sus propias manos —a todas las personas que le habían hecho daño, la habían rechazado, habían traicionado su confianza— y verlos desmoronarse hasta convertirse en nada, entonces toda esta agonía habría servido para algo.
Su voz sonó suave, pero inquebrantable en su determinación. «Lo haré, Axell. Te daré todo lo que quieras. Me haré tan indispensable que no podrás imaginar tu vida sin mí».
.
.
.