Resurgiendo de las cenizas - Capítulo 730
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Capítulo 730
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«¡Papá! ¡Mamá! ¿Qué te ha pasado en el pelo, papá? ¡Está completamente blanco!».
Richard esbozó una suave sonrisa y le dio una palmada en la espalda a Jarrod, con voz firme.
«No es nada por lo que preocuparse. El pelo blanco es genial. Lo importante es que estás en casa y a salvo».
Con otra palmada tranquilizadora, añadió:
«Ahora todo está bien. Vamos a casa».
Sandra se acercó y posó la mano sobre la cabeza de Jarrod con un gesto suave y firme.
Sin pensarlo, Jarrod se giró y se aferró a su madre. Las palabras se le atragantaron en la garganta, casi demasiado dolorosas para pronunciarlas.
Pasaron varios minutos antes de que lograra balbucear:
«Solo quería ayudar a Rosanna. Nunca pensé que las cosas se complicarían tanto. Hacer daño a Axell nunca fue mi intención…».
Sandra le dio una palmada en la espalda, con la voz cargada de emoción.
«No tienes la culpa, Jarrod. Sé que solo intentabas proteger a tu hermana. Nadie puede predecir cómo se desarrollarán las cosas en momentos como esos. Por favor, no te culpes. Sé cómo es tu corazón».
Sus palabras solo sirvieron para aumentar su remordimiento. Siempre se había preguntado si sus padres querían más a Rosanna, pero ahora comprendía lo mucho que también le querían a él.
Conseguir su liberación debió de suponer un gran sacrificio personal para sus padres. Sin embargo, Jarrod sabía que esa libertad era solo temporal.
Las acusaciones de Axell aún pesaban sobre él, y Axell tenía fama de ser rencoroso.
A pesar de la incertidumbre, estar al aire libre, poder abrazar a sus padres, le parecía un regalo.
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Bajó la mirada y compartió en silencio la cruda realidad.
«Mientras estuve dentro, hablé con un abogado. Las perspectivas no son buenas. Probablemente me encerrarán durante al menos cinco años».
Antes de que la desesperación se apoderara de él, Richard se inclinó hacia él y le habló en voz baja y con urgencia.
«No tienes que preocuparte, ya hemos arreglado las cosas con Axell».
Al mirar el aparcamiento, Richard vio a varios agentes merodeando por allí. Empujó a Jarrod hacia el coche.
«Este no es el lugar adecuado para dar detalles. Subamos al coche y hablemos en privado».
La sospecha se reflejó en el rostro de Jarrod, pero los siguió sin protestar.
Una vez sentados en el coche, la curiosidad pudo más que él y soltó:
«Papá, ¿eso era verdad? ¿Axell realmente cedió y llegó a un acuerdo con la familia Morgan? ¿No era él quien juró que me encerrarían para siempre?».
«He pasado por un infierno estos últimos días, atrapado en ese lugar. Axell no se limitó a amenazarme, ¡envió a sus hombres a por mí y me advirtió que arruinaría la vida de toda mi familia!». La ira de Jarrod se desbordó, su voz temblaba y apenas podía contener su frustración. «¿De verdad crees que me dejaría marchar sin más?».
Richard se concentró en la carretera, con las manos agarradas al volante mientras arrancaba el coche. Sin mirar atrás, mantuvo un tono firme.
«Ya se ha solucionado todo. Hemos conseguido el acuerdo extrajudicial. Me he asegurado de contar con un abogado. La vista judicial dentro de tres días es solo un trámite. No acabarás entre rejas, así que mantén la calma».
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