Resurgiendo de las cenizas - Capítulo 602
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Capítulo 602
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«Genial, empecemos. Maia, tú primero».
Maia dio el pistoletazo de salida, seguida de Chris. Roland tiró a continuación, luego Pattie y Maxwell. Elvira fue la última en tirar. Cuando todos habían jugado una vez, Elvira se situó en cabeza. Sus dados sumaban trece: ¡qué suerte!
Por el contrario, Pattie terminó con la puntuación más baja, solo cinco puntos. ¿Tirar tan mal con tres dados? Era casi cómico.
Pattie esbozó una media sonrisa y dijo con ironía: «Parece que he perdido».
Elvira no parecía muy emocionada. Chris solo había superado a Pattie por dos puntos. Aun así, nadie le dio importancia. Al fin y al cabo, solo era la primera ronda.
Elvira le dirigió a Pattie una sonrisa pícara y se inclinó ligeramente hacia ella. Había un tono sarcástico en su voz. «Pattie, no te veía como la primera en caer. Pero las reglas son las reglas. ¿Verdad o reto?».
Pattie soltó una pequeña risa. «Verdad, supongo».
La sonrisa de Elvira se amplió, llena de picardía. «Muy bien, empezaremos con una pregunta fácil». Su voz cambió de tono, volviéndose de repente más incisiva. «¿Cuándo tuviste tu primera relación sexual… y con quién fue?».
Un extraño silencio se apoderó de la habitación, como si todos hubieran contenido la respiración. Roland frunció ligeramente el ceño. Sin pensarlo, miró a Pattie.
Pattie no se inmutó. Se echó el pelo hacia atrás con pereza, pasando los dedos por sus ondas. Sus ojos se clavaron en los de Roland, provocando lo justo para mantener a todos en vilo.
Roland se tensó sin querer. Una sacudida repentina atravesó sus pensamientos.
Fragmentos de aquella noche se colaron en su mente: la luz tenue, un momento de intimidad y luego…
Una energía extraña e inquietante se agitaba en su interior. Sus recuerdos seguían confusos, como un rompecabezas al que le faltaban piezas. Aun así, una pregunta persistente lo atormentaba. ¿Podría ser? ¿Había sido él quien le había quitado la virginidad a Pattie?
La idea le ponía los pelos de punta. Si eso era cierto, entonces, como hombre… sabía que no podía simplemente ignorarlo.
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Pattie percibió la tensión en él. Su sonrisa se amplió ligeramente mientras rodeaba perezosamente el borde de su copa de vino con el dedo. Su tono era despreocupado, pero tenía peso. —Elvira, la verdad implica una pregunta. ¿No es un poco exagerado hacer dos?
Elvira no lo veía así en absoluto. Estaba decidida a avergonzar a Pattie y mantenerla alejada de su hermano. —Pero son preguntas sencillas. Puedes responder a las dos con solo unas palabras —dijo con dulzura, fingiendo inocencia. Su voz flotaba como la brisa—. Si prefieres no responder, haz un reto. ¡Ya estoy siendo generosa!
Pattie bajó la mirada por un momento, con el rostro tranquilo. Echó una rápida mirada en dirección a Roland. Luego, sin perder el ritmo, inclinó el vaso hacia atrás y lo vació de un trago. Se humedeció los labios con elegancia. —Está bien, elijo el reto.
Elvira sonrió con sarcasmo. ¿Así que lo había esquivado? ¡Debía de haberle dado en el clavo! Estaba segura de que Pattie tenía miedo de que la verdad arruinara su imagen, especialmente a los ojos de Roland.
Una chispa astuta iluminó los ojos de Elvira mientras pronunciaba las palabras. «No me señales a mí, Pattie. Tú elegiste reto. Así que esto es lo que tienes que hacer: ¡besa a Chris!».
En el instante en que lo dijo, la mano de Pattie se quedó paralizada en el aire, con la copa de vino a medio camino.
Maia y Chris se tensaron. Sus rostros mostraban un claro malestar. Roland apretó los puños con fuerza. Maxwell soltó: «¡Vaya!».
¿Ser besado por la mejor amiga de su esposa delante de ella? Maxwell dudaba que Chris saliera bien parado de aquella noche. ¡Elvira no se había contenido en absoluto!
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