Resurgiendo de las cenizas - Capítulo 489
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 489
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Maia aprovechó el momento para quitarse el disfraz. Con deliberada elegancia, se quitó el sombrero de la cabeza y se desprendió lentamente de la máscara, dejando al descubierto unos rasgos que irradiaban una refinada elegancia.
Marisa se quedó paralizada por un instante antes de arquear una ceja al reconocerla. «Vaya, vaya, es ella».
Su mirada se dirigió inmediatamente al otro lado del escenario, buscando a Melanie, que se encontraba indecisa en un rincón en penumbra, atrapada entre la huida y la confrontación. Sin previo aviso, unos dedos se cerraron alrededor de la muñeca de Melanie, provocándole un grito ahogado. A pesar de su instinto de apartarse, se vio firmemente guiada hacia Maia por una decidida Marisa.
«Es hora de cumplir tu apuesta», declaró Marisa con una sonrisa triunfante, cruzando los brazos sobre el pecho con expectación.
Los alumnos del programa preparatorio de élite se habían acercado al alboroto, formando un círculo de curiosos. Varios reconocieron a Maia de visitas anteriores al colegio y se quedaron boquiabiertos.
«Mirad, chicos, ¡es Maia, la hermana de Ethan!».
Una oleada de emoción recorrió a los estudiantes reunidos. «¿No es ella la misteriosa compositora K? ¡Sus melodías son auténticos tesoros en nuestra casa!».
«Verla en persona hoy, ¡qué elegancia y belleza!».
«¡Es ella sin duda! Y hay más… ¡También es la diseñadora principal de MCN! MCN ha sido noticia desde que adquirió Aurora Apparel Company. ¡Están destinados a dominar la industria de la moda nacional!».
«¡Nunca imaginé que la hermana de Ethan fuera tan guapa y tuviera tanto talento! ¡Es una bendición del cielo! Daría cualquier cosa por una foto con ella…».
El coro de voces de los estudiantes se hizo más fuerte, y su entusiasmo atrajo las miradas curiosas del personal del salón.
Atrapada en medio de este inesperado alboroto, Melanie finalmente comprendió las intenciones de Marisa. El color abandonó su rostro y luego lo inundó rápidamente, pasando por alarmantes tonos carmesí y blanco fantasmal.
También escuchó los comentarios de los estudiantes. En su interior, la amarga realidad se cristalizó en pensamientos hirvientes. ¿La hermana de Ethan inspiraba ese nivel de respeto y admiración e ? ¡Maldita Rosanna! ¿Cómo había podido contarle mentiras sobre los supuestos orígenes humildes de Ethan?
No te lo pierdas en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒα𝓷.𝓬𝓸𝓂 con nuevas entregas
Ahora Melanie iba a sufrir una humillación pública. ¡Juró que no iba a dejar pasar eso!
Al notar la expresión ausente de Melanie, Marisa le dio un golpecito en el hombro. —Melanie, ¿a qué mundo has ido a parar? ¡Date prisa y cumple la apuesta!
Melanie volvió a la realidad y se mordió el labio inferior mientras miraba a Maia, que estaba allí de pie como si acabara de bajar de una alfombra roja. Parecía la estrella de la que hablaba todo el mundo. Quizás no exageraban. Quizás admitir sus errores y pedirle perdón a Maia no sería tan insoportable como había imaginado.
Pero aun así, disculparse en público era algo que no se atrevía a hacer. No, no podía.
En el escenario, el aire se volvió denso y la tensión se tensó como un cable a punto de romperse.
Melanie apretó los puños a los lados, clavando los dedos en las palmas. Le ardían los ojos, no por las lágrimas, sino por todo lo que bullía en su interior.
Los sentimientos contradictorios de tragarse su orgullo mientras luchaba por mantener su dignidad se agitaban violentamente en su interior, dejándole el cuero cabelludo hormigueante y su orgullo hecho trizas.
Nunca se había sentido tan humillada en su vida.
Aun así, permaneció en silencio, con los labios apretados, el rostro pálido y desafiante. Eso solo le dio más combustible a Marisa. Sonriendo, Marisa ladeó la cabeza y se burló: «Melanie, todo el mundo está mirando. No estarás pensando en largarte, ¿verdad?».
.
.
.