Resurgiendo de las cenizas - Capítulo 433
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 433
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
«El hombre que fue al hotel con Maia es Chris», declaró Rosanna acaloradamente. «Lo vi con mis propios ojos. No hay duda. ¡Maia no tiene vergüenza!».
Con un ruido seco, la mano temblorosa de Mariana dejó caer el teléfono, que se estrelló contra el suelo.
Al oír solo silencio al otro lado, Rosanna preguntó rápidamente: «Mariana, ¿qué pasa?».
Mientras tanto, Mariana permanecía paralizada en su sitio, atónita, sin poder articular palabra. ¿Cómo podía ser real esta pesadilla?
Sus uñas se clavaron en las palmas de las manos y apretó los labios hasta que quedaron sin sangre. La furia la invadió como un incendio forestal, haciéndola querer destruir algo, pero no había nada cerca que pudiera lanzar. Además, las apariencias seguían importando: no podía perder el control en público.
Pero Maia había ido demasiado lejos esta vez. Maia se había burlado de ella en el evento y ahora iba a por Chris. Mariana no podía soportar la idea de que esa mujer arruinara su futuro.
La voz de Rosanna se escuchó débilmente a través del altavoz.
Agarrando el dispositivo caído, Mariana dijo entre dientes: «Encuentra una forma de atraerla. ¡Quiero arruinar su reputación!».
Rosanna vaciló, con un tono de resignación en la voz. «Maia prácticamente me ve como una enemiga. Si me acerco a ella directamente, seguro que me rechazará».
La paciencia de Mariana se agotó.
«¿Eres inútil o qué?», espetó con frialdad. «No me importa cómo lo consigas. Haz que Maia aparezca, miéntele si es necesario. Si fallas, no te molestes en volver a contactar conmigo».
Sin esperar respuesta, Mariana colgó.
En el comedor de la finca Morgan, Rosanna había salido para contestar el teléfono y aún no había regresado.
Richard se mostró visiblemente molesto. —¿Por qué tarda tanto Rosanna? ¿Con quién está hablando que necesita privacidad?
Lo nuevo está en ɴσνєℓα𝓼𝟜ƒα𝓷.𝒸ø𝓂 para más emoción
Sandra le lanzó una mirada y dijo con suavidad: —Ya no es una niña. Es normal que tenga secretos.
Richard frunció el ceño. —Rosanna es demasiado confiada. Me preocupa que algún personaje sospechoso pueda engañarla. —Dejó el tenedor y dirigió una mirada severa a Jarrod—. ¡Como hermano suyo, deberías vigilarla!
Al otro lado de la mesa, Jarrod, que había estado distante y distraído desde que llegó a casa, pinchaba distraídamente en su plato. La severa reprimenda de Richard lo sobresaltó. —¿Eh? ¿Qué? ¿Qué pasa?
El rostro de Richard se ensombreció aún más. Señaló con el dedo hacia él. —Pierdes el tiempo día tras día. ¿Qué es lo que te llena la cabeza?
Intuyendo que algo no iba bien, Sandra intervino con delicadeza. —Jarrod, últimamente estás muy raro. ¿Hay algo que no nos estás contando?
Jarrod dudó. ¿Debía revelar cómo Maia, a quien antes había considerado insignificante, había humillado a Mariana, la joya más preciada del Grupo Cooper? Pero confesarlo significaría admitir lo mucho que él también había quedado en ridículo.
Tras dudar considerablemente, finalmente murmuró: «Padre, madre… Maia ha pasado más de una década bajo nuestro techo. Las cosas se han descontrolado, algo que ninguno de nosotros quería. ¿No es hora de intentar reparar lo que se ha roto entre nosotros?».
Tras su súplica, el comedor quedó sumido en un breve y pesado silencio.
Entonces, sin previo aviso, Richard golpeó la mesa con la palma de la mano, con el rostro desencajado por la rabia. —¿Arreglar las cosas con ella? ¡La hemos mantenido durante diecisiete años y así es como nos agradece!
Sandra se apresuró a intervenir para calmar los ánimos.
.
.
.