Resurgiendo de las cenizas - Capítulo 407
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Capítulo 407
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Mariana, aparentemente perdida en sus pensamientos, dejó que los asistentes la guiaran fuera del salón.
Rosanna y Jarrod observaban el drama que se desarrollaba, con expresiones que mezclaban la conmoción y la incredulidad.
Ni siquiera Mariana, con todos sus recursos y astucia, había logrado burlar a Maia. ¿Qué transformaciones había sufrido Maia durante sus cuatro años entre rejas? Ya no era la persona que ellos conocían.
Maia había cambiado profundamente; se había convertido en una figura que inspiraba tanto miedo como respeto.
Rosanna apretó los puños. Había creído que enviar a Maia a la cárcel la neutralizaría como amenaza. Sin embargo, ahora la invadía una sensación de inquietud.
El tiempo que Maia pasó en prisión debió de ser transformador.
Jarrod, que había descartado los éxitos anteriores de Maia como simples casualidades, se vio obligado a afrontar una nueva realidad. Maia le había demostrado que estaba equivocado una y otra vez. Ahora tenía que aceptar una dura verdad.
La Maia que tenían ante ellos era tan formidable que la familia Morgan la encontraba demasiado intensa como para enfrentarse a ella directamente.
Claramente, había superado a los Morgan.
Pero, ¿cómo lo había conseguido? ¡Apenas había salido de prisión!
Jarrod estaba perplejo. ¿Cómo había Maia, que antes era una torpe alborotadora que le seguía a todas partes, evolucionado hasta convertirse en una figura tan impresionante?
Mientras Mariana era escoltada, Maia se acercó tranquilamente a Kolton. Su expresión seguía serena y serena, tal y como había sido durante toda la competición, sin mostrar ningún signo de emoción a pesar de su reciente victoria.
—Señor Cooper, ya que ha aceptado cumplir la apuesta, firme este contrato, por favor.
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Le entregó a Kolton el contrato de adquisición que había preparado de antemano.
Kolton aceptó el contrato con expresión seria. Mientras lo ojeaba, una leve sonrisa apareció en sus labios.
—Señorita Watson, su audacia es realmente notable. ¿Ha considerado la posibilidad de colaborar con el Grupo Cooper en el futuro?
Maia le devolvió una sonrisa cortés. «Lo pensaré, pero no tengo planes inmediatos».
La sonrisa de Kolton se desvaneció. En silencio, firmó el contrato y se lo devolvió a Maia. Al hacerlo, relajó el agarre y dejó que los papeles cayeran al suelo.
Los documentos aterrizaron con un ruido sordo.
Maia frunció el ceño de forma sutil pero perceptible cuando sus ojos se encontraron con los de Kolton. Este, imperturbable, le devolvió la mirada con intensidad, con los ojos muy penetrantes. Se encogió de hombros ligeramente y se alejó, dejando tras de sí una advertencia silenciosa pero clara. El mensaje era inequívoco.
Había prometido no tomar represalias contra ella, pero Kolton sabía la amenaza que podía suponer una mujer tan influyente como Maia. Si no podía ser una verdadera aliada del Grupo Cooper, estaba convencido de que, tarde o temprano, la vería, como ese contrato, tirada en el suelo.
Maia captó rápidamente el mensaje subyacente en las acciones de Kolton. Contempló el contrato en el suelo durante un largo rato antes de agacharse para recogerlo.
Lo sacudió y soltó una risa fría y burlona.
Kolton creía que le estaba enviando una advertencia, pero lo que no se daba cuenta era que Maia ya había pasado por lo peor. Ya no tenía nada que temer.
Maia se dio la vuelta, aferrándose al acuerdo firmado. A su alrededor, los magnates de los negocios que estaban ansiosos por entablar conversación y explorar posibles acuerdos se detuvieron, respetando la presencia del Grupo Cooper. En su lugar, hicieron señas a sus equipos para que iniciaran conversaciones formales con MCN.
Una tras otra, figuras influyentes se acercaron a Maia con sonrisas, brindando por su éxito, cada uno con el objetivo de causar una impresión memorable. Mientras tanto, los miembros de la alta sociedad que antes se habían burlado de Maia ahora intercambiaban miradas nerviosas. Reuniendo su valor, se acercaron a ella, uno de ellos con un cuaderno que había encontrado apresuradamente.
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