Resurgiendo de las cenizas - Capítulo 406
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Capítulo 406
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Temblores recorrieron el cuerpo de Mariana mientras sus ojos ardían con lágrimas que se negaba a derramar.
Siempre la prodigio adorada, bañada en la admiración y la envidia universales, Mariana se encontró totalmente desprevenida ante esta espectacular caída. Su orgullo y confianza, antes impenetrables, ahora yacían en ruinas a su alrededor.
Sin embargo, lo que realmente aterrorizó a Mariana fue darse cuenta de que Aurora Apparel Company, la joya de la corona entre las prestigiosas marcas del Grupo Cooper, se le estaba escapando de las manos.
«Padre…». La palabra escapó de los temblorosos labios de Mariana como un susurro frágil, apenas audible en el tenso silencio.
La postura de Kolton se transformó al instante, su cuerpo se puso rígido y su expresión se oscureció hasta alcanzar una intensidad tormentosa que hizo que el corazón de Mariana se acelerara con un miedo primitivo.
Solo la presencia de innumerables testigos impidió que las lágrimas brotaran libremente en un torrente de rendición.
Tras lo que pareció una eternidad de silencio sofocante, los dedos de Kolton se crisparon casi imperceptiblemente mientras levantaba lentamente la mirada para encontrar la de Maia.
Kolton apretaba los puños con fuerza, con una vena visible palpitando en la frente mientras luchaba contra su frustración. Permaneció en silencio, con la lucha evidente mientras buscaba las palabras. —La señorita Watson ha prevalecido. Cumpliré nuestro acuerdo.
Los preparativos que Maia había hecho antes de la competición habían acorralado a Kolton en una situación de la que no podía escapar. Lo había prometido públicamente, con las familias más importantes de Wront como testigos, y retractarse habría devastado tanto su reputación como la de su empresa.
En el mundo de los negocios, la confianza era primordial. Kolton no podía poner en peligro la integridad del Grupo Cooper por el bien de Aurora Apparel Company. A regañadientes, reconoció su derrota.
—¡Papá! —Mariana, casi abrumada, corrió hacia Kolton. Con lágrimas en los ojos, le suplicó con voz ronca—. ¡Todo esto ha sido un plan de Maia! ¡No podemos dejar que gane y se quede con Aurora Apparel Company así!
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Su emotivo grito no pasó desapercibido; los invitados que los rodeaban comenzaron a murmurar.
«¿Qué plan? ¿No fue ella quien retó a la Sra. Watson a esta competición?».
«Exacto. La Sra. Watson fue muy clara con las condiciones antes de la competición y Mariana las aceptó».
«¡Si te han ganado, hay que aceptarlo!».
«Entiendo por qué la señorita Cooper está molesta, pero si aceptó la apuesta, debería estar preparada para afrontar las consecuencias. Si el Grupo Cooper empieza a incumplir su palabra, ¿quién confiará en ellos en el futuro?».
Los susurros y comentarios de la multitud no hicieron más que exacerbar la irritación de Kolton. Se giró hacia Mariana y le espetó: «¡Ya basta! ¡Baja el tono!».
Mariana retrocedió ante su orden tajante, con el cuerpo temblando. Las lágrimas le corrían por las mejillas mientras se aferraba a la manga de su hermano Claudio y lloraba: «Claudio, por favor, ¡habla con papá en mi nombre! No quería que pasara esto. No quería nada de esto».
Claudius miró a su hermana con una mezcla de frustración y lástima, exhalando un suspiro de cansancio. «Has armado un buen lío. Será mejor que te quedes callada por ahora».
Cuando se dio cuenta de que ni su padre ni su hermano la defenderían, la desesperación se apoderó del corazón de Mariana. ¿De verdad estaba a punto de perder Aurora Apparel Company a manos de Maia?
Mariana aún no había tomado las riendas de Aurora Apparel, ni había dejado su huella en la industria de la moda, ni se había convertido en la diseñadora más importante del país.
Las piernas le fallaron y casi se cae al suelo.
Rápidamente, Claudio la sujetó y gritó pidiendo ayuda, con tono autoritario. —Llevad a Mariana a su habitación para que descanse inmediatamente.
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