Resurgiendo de las cenizas - Capítulo 395
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Capítulo 395:
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La cara de Jarrod se quedó en blanco.
¿Era eso cierto? ¿Todos los miembros de la familia Morgan habían aceptado que Maia no formaba parte de ellos?
Su mano, que había estado colgando sin fuerza a un lado de su cuerpo, se convirtió poco a poco en un puño.
¿Cómo era posible?
Maia había pasado diecisiete años viviendo con los Morgan. Durante todo ese tiempo, había seguido a Jarrod como una sombra. ¿Cómo era posible que ya no la consideraran parte de la familia?
Jarrod se negaba a aceptar esa realidad. Aunque Maia lo hubiera afirmado ella misma, sin su aprobación, no contaba.
Él seguía siendo el hermano de Maia, y ese vínculo nunca cambiaría.
Rosanna lo observaba, confundida por su expresión repentina y perdida. No podía quitarse de la cabeza la sensación de que últimamente había algo que no iba bien con él.
Cada vez que se mencionaba el nombre de Maia, Jarrod parecía estar en conflicto, como si la odiara y, al mismo tiempo, la quisiera profundamente. Rosanna no conseguía entender lo que pensaba Jarrod, y no le importaba lo suficiente como para indagar más.
Volvió a centrar su atención en la multitud y soltó un bufido silencioso y despectivo.
Esta competición no llevaría a Maia a ninguna parte.
Si acababa perdiendo, su reputación quedaría mancillada.
Si lograba ganar, la situación sería aún peor.
Insultaría completamente a Mariana, lo que significaría enfrentarse a la familia Cooper.
Incluso con Hurst de su lado, ¿podría él protegerla realmente de Kolton, el líder de la familia? ¿Y querría Hurst defender a Maia?
Rosanna sintió de repente una oleada de satisfacción. Parecía que Maia no podría mantener su aire de superioridad por mucho más tiempo, y Rosanna ni siquiera tenía que hacer nada.
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Mientras tanto, los asistentes se apresuraron a colocar dos mesas de la altura adecuada. Cada mesa tenía papel y bolígrafos preparados para el concurso de diseño.
No había nada más que hacer.
Mariana y Maia ocuparon sus lugares en las mesas y extendieron sus hojas de diseño.
—Señorita Vaughn, ¿está lista? —Mariana miró a Maia con voz llena de confianza—. Si está lista, podemos empezar.
Maia la miró, levantando lentamente la cabeza para cruzar la mirada con Mariana. Una pequeña sonrisa se dibujó en la comisura de sus labios. «Señorita Cooper, ya que esta competición está tan emocionante, ¿por qué no subimos la temperatura?».
La expresión de Mariana se ensombreció. «¿Subir la temperatura?».
Maia dirigió su atención al público, que murmuraba con expectación. —Me gustaría hacer una apuesta con la señorita Cooper.
«¿Una apuesta?».
Los espectadores intercambiaron miradas de desconcierto, sin saber qué planeaba Maia.
Mariana arqueó una ceja con interés. —¿Qué propone apostar?
Maia la miró a los ojos, con una luz de acero brillando en ellos. Esbozó una sonrisa de confianza y habló en un tono suave pero firme que resonó en la sala. —Propongo una apuesta entre MCN y Aurora Apparel Company. Solo una de nosotras podrá sobrevivir.
En cuanto Maia terminó de hablar, el lugar estalló en un tumulto.
¿Solo una de MCN y Aurora Apparel Company podría sobrevivir?
¿Qué significaba eso?
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