Resurgiendo de las cenizas - Capítulo 374
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 374:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Entrecerrando los ojos para ver mejor, el rostro de Jarrod se transformó en una expresión de sorpresa. Era Maia. ¿Qué demonios hacía ella aquí? En un evento como este, alguien de su posición ni siquiera debería haber podido entrar. La sospecha se apoderó de él y se apresuró a acercarse, interponiéndose en el camino de Maia para bloquearla.
Después de la fiesta de compromiso de Vince y Rosanna, Jarrod sentía una leve culpa hacia Maia, aunque en su corazón creía que no había hecho nada malo. Para él, Maia siempre había sido como una hermana menor bajo su protección. Si algo la preocupaba, debería haber acudido a él sin dudarlo.
Diecisiete años bajo el mismo techo y, sin embargo, en ese momento, Jarrod se dio cuenta de que Maia era tan extraña para él como la luna para la marea: siempre cerca, pero desconocida. La idea le dejó un sabor amargo en la boca.
«¿Maia nunca me ha visto realmente como su hermano?», se preguntó Jarrod con amargura.
Para Jarrod, la familia significaba un cierto orden jerárquico que nunca debía alterarse. Como la menor, Maia debería haber mostrado cierto respeto en lugar de actuar con altivez, tratándolo como si fuera polvo bajo sus pies. Cada vez que veía su actitud altiva, Jarrod sentía el impulso de ponerla en su lugar.
—Maia, ¿qué haces aquí? ¿Sabes siquiera qué tipo de lugar es este? —dijo Jarrod, plantándose firmemente ante ella, con voz llena de desdén—. No perteneces aquí. ¿Cómo has conseguido colarte? ¡Vete a casa antes de hacer el ridículo!
Maia levantó los ojos con pereza y le dirigió una mirada fugaz e indiferente. Ver a Jarrod en la gala privada del Grupo Cooper la sorprendió. Con su aire despistado, ¿realmente tenía alguna relación con la familia Cooper?
Un recuerdo se agitó en su mente: la fiesta de compromiso de Rosanna con Vince, donde Rosanna había lucido con orgullo un vestido regalado por nada menos que Mariana, la querida hija de la familia Cooper.
En un instante, Maia lo comprendió todo. Era Rosanna quien había conseguido envolver a la familia Cooper en su dedo meñique.
Maia tenía que reconocerlo: Rosanna tenía algunos trucos bajo la manga. No solo se había ganado el cariño de Mariana, sino que incluso había conseguido una invitación para esta exclusiva reunión de la élite. Una risa suave y burlona se escapó de los labios de Maia. Al parecer, algunos enemigos estaban destinados a reencontrarse bajo la cruel mirada del destino.
Capítulos recién salidos en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒ𝒶𝓷.ç0𝓂 en cada capítulo
Sin perder un segundo, Maia metió la mano en el bolso y sacó una tarjeta de invitación negra. Sus ribetes dorados y el diseño en relieve plateado brillaban bajo las lámparas de araña como un secreto susurrado en la luz. La sostuvo en alto con una leve sonrisa. —Tengo una invitación. ¿Por qué no debería estar aquí? —dijo con frialdad.
¿Una invitación?
La mente de Jarrod dio un vuelco. ¿Cómo había conseguido Maia una invitación para el evento más privado del Grupo Cooper? Es más, su tarjeta no era la misma que la de Rosanna.
Una semilla de sospecha germinó rápidamente: ¿podría ser una falsificación?
Justo cuando Jarrod fruncía los labios para burlarse de ella, un murmullo recorrió la multitud cercana.
«¡Mirad! ¡Una invitación dorada y negra!».
«¿Quién demonios es ella para tener una invitación dorada y negra?».
Al instante siguiente, una socialité que se codeaba cerca de Rosanna y Mariana vio a Maia desde lejos y exclamó: «¿No es Eileen, la diseñadora jefe de MCN?».
En los círculos brillantes de la élite de Wront, MCN tenía su buena cantidad de seguidores acérrimos. Cuando se difundió la noticia en Internet de que Maia era Eileen, muchos se vieron envueltos en el torbellino de los chismes.
Sin embargo, cuando se filtró que Maia no era la querida hija de la familia Morgan, sino una chica caída en desgracia que había pasado tiempo entre rejas, la admiración se convirtió en desprecio. Algunos incluso comenzaron a susurrar que tal vez no era Eileen.
En cuanto oyó el alboroto, a Rosanna se le salió el corazón del pecho. Se dio la vuelta rápidamente y se le quedó la cara rígida en cuanto vio a la mujer de la que todos hablaban.
.
.
.